Los servicios secretos suecos calificaron ayer de “crimen terrorista” la doble explosión que dejó un muerto el sábado en el centro comercial de Estocolmo, muy concurrido por las fiestas de Navidad.
El primer ministro de Suecia, Fredrik Reinfeldt, consideró “inaceptable” el ataque y subrayó que se trató de un atentado particularmente absurdo en una sociedad “tolerante y abierta”.
La Sapo (servicios secretos) fue encargada de la investigación por “crimen terrorista en virtud de las leyes suecas”, declaró el jefe del departamento encargado de las medidas de seguridad, Anders Thornberg.
“Se trata de un ataque suicida, es algo nuevo en Suecia”, agregó en una conferencia de prensa.
El funcionario dijo que la investigación tratará de determinar si “se está preparando algo parecido en otro sitio”.
“No tenemos indicios al respecto, pero haremos todo por asegurarnos de que se trata de un acto aislado”, agregó a la agencia AFP.
Dos explosiones casi simultáneas y a 200 metros una de la otra a últimas horas de la tarde del sábado dejaron un muerto –al parecer el autor del ataque fallido– y dos heridos.
Según afirmó ayer el sitio islamista Shumuj al Islam, el autor del atentado se llamaba Taymur Abdel Wahab. También se publicó una foto del supuesto kamikaze, un joven vestido de negro, a la occidental, con lentes negros y las manos en el bolsillo delante de un paisaje verde.
El sitio no da ningún detalle sobre el presunto autor del atentado y no indica ni su edad ni su nacionalidad ni tampoco una eventual filiación política. El gobierno sueco no confirmó el nombre del supuesto terrorista.
Diez minutos antes de las explosiones, la agencia de prensa TT y los servicios secretos recibieron un mail en sueco, en árabe y en inglés anunciando “acciones” por “la guerra contra el Islam” que lleva adelante Suecia, en particular en Afganistán.
También calificaba de “cerdo” al caricaturista sueco Lars Vilks, amenazado de muerte en varias ocasiones por haber representando al profeta Mahoma en forma de perro.
Suecia, tradicionalmente neutra y que hasta ahora no sufrió atentados, tiene actualmente 500 soldados en Afganistán. El mandato de esta fuerza se termina el 1 de enero de 2011, y se espera que el próximo mes sea renovado por el Parlamento.
Según un testimonio recogido por el diario Dagens Nyheter, el hombre hallado muerto, de unos 25 o 26 años, estaba de espaldas en el suelo y con la cara cubierta por un kefia (pañuelo palestino).
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