Felipe Quispe, más conocido como el “Mallku” (el condor), es una de las personas que conoce con mayor precisión los más recónditos lugares del pensamiento y las inclinaciones más íntimas del actual vicepresidente Alvaro García Linera. Entre ambos concibieron un dudoso experimento guerrillero a mediados de los años 90 que si bien no tuvo mayor resultado, sirvió para que Alvaro esté ahora donde se encuentra.
El Mallku definitivamente no tiene pelos en la lengua y eso es conocido por todos. Los pasados días, en un programa televisivo, no ahorró adjetivos para su otrora compañero de lucha y poco faltó que le mentara la madre.
Lo acusó de ser agente de la CIA y cuestionó, además, sus inclinaciones sexuales. Lo primero resulta ciertamente grave, más aún cuando el presidente Evo Morales ve torvos agentes de esa siniestra organización hasta en la lagua (sopa andina). De lo segundo no vale la pena ocuparse, vivimos en una época de tolerancia y cada uno es libre de tener la inclinación sexual que le de la gana.
Sin embargo, ambas afirmaciones del Mallku nos dan la pauta para inferir los pliegues y repliegues que caracterizan al vicepresidente en su actividad política y que, seguramente, se expresan también en su vida personal.
Alvaro, que modesto no es, gusta mostrarse como un agudo e iluminado intelectual y añora las épocas en las que dentro del Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK), el proyecto guerrillero frustrado que intentó montar junto con el Mallku, lo llamaban “qananchiri” (el que aclara, el que ilumina). Lástima para Evo, parece que ahora no le funciona.
Tampoco es consecuente. A pesar de que en sus discursos en Achacachi dijo que en el altiplano aprendió a matar y andaba con el fusil bajo el poncho pero cuando quiere mostrar una imagen democrática, afirma que el solo fue el “intelectual” del grupo.
¿En que quedamos? Primero reivindica la lucha armada pero luego dice que prefiere mirar de palco y dejar que sean otros los que arriesguen el pellejo y den la cara. Es claro que cualquier revolucionario de verdad le escupiría en la cara.
Los que lo rodean saben muy bien que García Linera, a pesar de sus delicados ademanes y su atildada forma de vestir recién adquirida, es capaz de todo, y cuando se dice de todo entiéndase exactamente eso, para conseguir sus objetivos y más de uno dentro del MAS ya lo ha acusado de estar montando, desde la vicepresidencia, un proyecto alternativo al de Evo.
Estos dobleces son muy conocidos por el Mallku y si bien no es fácil comprobar que Alvaro García sea agente de la CIA , si sabemos que nos encontramos ante un personaje sinuoso e imprevisible, para que el que la lealtad o la consecuencia no son precisamente valores, sino trabas u obstáculos.
Por de pronto Evo, que al parecer está viendo últimamente muchas películas de espías, debería husmear en su realidad comenzando a mirar a su entorno más cercano. Es probable que esa sea la fuente de sus pesares. No lo decimos nosotros, lo dice el Mallku.
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