para honrar a locutores, operadores, reporteros, actores de radioteatro, animadores, relatores deportivos, técnicos de la radiodifusión boliviana.
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jueves, 9 de febrero de 2012
Correa empobrece a los medios para dominarlos. juicios millonarios que siempre gana. es que Morales quiere imitar a Correa?
El presidente de Ecuador ha dado con la fórmula perfecta para deshacerse de los periodistas y medios de comunicación que lo critican y lo investigan. Los quiere dejar en la cochina calle. Al periódico Universo de Guayaquil le “enzoquilló” un juicio que obliga al rotativo a pagar 40 millones de dólares y a dos periodistas que investigaron una red de corrupción del hermano del primer mandatario, les metió otra demanda por un millón de dólares a cada uno. Por supuesto, ambos casos resultaron favorables a Correa, porque no solo tiene la justicia a su favor, sino que hace unos años, el Gobierno consiguió aprobar una ley que, como se ve, deja “yesca” a la libertad de expresión. En Bolivia ya se cumplió con el primer paso. En este momento no hay juez, fiscal ni magistrado que sea capaz de resistirse a una orden que llega de arriba, incluso cuando es necesario liberar a un “chutero”. El gran problema del régimen boliviano es la Ley de Imprenta, que así vieja y todo, protege a los comunicadores del abuso del poder y evita excesos como los que se están dando en Ecuador. De ahí la gran necesidad e insistencia del régimen boliviano de querer cambiar las cosas, aduciendo que la Ley de Imprenta es obsoleta.
martes, 7 de febrero de 2012
escribir es luchar, porque un texto sedicioso, un golpe de mano también puede derrocar a las tiranías, hacer temblar a los caudillos, pulverizar los mitos. Claudio Ferrufino sobre el valor de las columnas de opinión. bravo!
Las ventajas del libelo y/o el pasquín, en oposición a textos analíticos y eruditos, es que tocan una base humana más extensa y, en su momento, más determinada. El arte del insulto, denigración, calumnia, suele ejercer superior influencia en los sismos sociales, que son a la corta los que transforman la historia.
La psiquis colectiva es muy influenciable, y lo que obtuvo Orson Welles en su ya mítica difusión radial de 1938 acerca de una invasión de marcianos (en realidad adaptación del libro de H.G. Wells, La guerra de los mundos), lo muestra con claridad. Aunque no con la impresión que puede causar una narración en vivo, la escritura suele movilizar también a las masas: Alejandro Herzen con Kolokol, epopeya que sin querer utilizar absurdos reduccionismos, señala una actividad individual como gestora de inmenso movimiento.
Escribir es combatir, si la escritura tiene tal fin. Para ello sirven las columnas de opinión, que disfrutan de una libertad que no puede tener un editorial, y menos un ensayo de tipo científico en cualquier rama, técnica o social. El autor se permite licencias y no pide ni necesita permisos. A lo sumo será vetado en ocasiones o censurado para siempre. No importa, porque cada aguja que deje por ahí, no sabe dónde irá a enterrarse. Recuerdo los pasquines de los que hablaba Ricardo Palma, que aparecían en la noche de Lima y conmovían la pacata sociedad de entonces. Buena manera de subvertir el orden, cuando el orden tiene que ser subvertido, por las razones que considere justas el autor.
Ironía, sarcasmo, sumados al conjunto descrito antes, tienen peso y fuerza mayores de los esperados. Lo hizo Goebbels, desde una posición de gobierno; lo repitió Stalin. Pero ello no cuenta porque el poder corrompe y la utilización de estas armas desde una posición oficial o privilegiada desmiente su condición libertaria.
Escribir un texto sedicioso emula un “golpe de mano”, al que tan afectos eran los ácratas de principios del XX, y el percutor de un adjetivo dispara igual balas de plomo.
No intento desmerecer los sesudos análisis, que de la economía a la política se escriben. Los considero imprescindibles pero marginales. Tienen su espacio de convicción y proselitismo, pero son los fustazos de la escritura combativa los que mueven las manos luego de una primera impresión en la conciencia. Más se gana denunciando a un ratero que con estadísticas del Producto Interno Bruto. Lo efímero de este tipo de escritura, apta para momentos de crisis y difunta en la bonanza es lo que la hace más excitante y valedera.
La psiquis colectiva es muy influenciable, y lo que obtuvo Orson Welles en su ya mítica difusión radial de 1938 acerca de una invasión de marcianos (en realidad adaptación del libro de H.G. Wells, La guerra de los mundos), lo muestra con claridad. Aunque no con la impresión que puede causar una narración en vivo, la escritura suele movilizar también a las masas: Alejandro Herzen con Kolokol, epopeya que sin querer utilizar absurdos reduccionismos, señala una actividad individual como gestora de inmenso movimiento.
Escribir es combatir, si la escritura tiene tal fin. Para ello sirven las columnas de opinión, que disfrutan de una libertad que no puede tener un editorial, y menos un ensayo de tipo científico en cualquier rama, técnica o social. El autor se permite licencias y no pide ni necesita permisos. A lo sumo será vetado en ocasiones o censurado para siempre. No importa, porque cada aguja que deje por ahí, no sabe dónde irá a enterrarse. Recuerdo los pasquines de los que hablaba Ricardo Palma, que aparecían en la noche de Lima y conmovían la pacata sociedad de entonces. Buena manera de subvertir el orden, cuando el orden tiene que ser subvertido, por las razones que considere justas el autor.
Ironía, sarcasmo, sumados al conjunto descrito antes, tienen peso y fuerza mayores de los esperados. Lo hizo Goebbels, desde una posición de gobierno; lo repitió Stalin. Pero ello no cuenta porque el poder corrompe y la utilización de estas armas desde una posición oficial o privilegiada desmiente su condición libertaria.
Escribir un texto sedicioso emula un “golpe de mano”, al que tan afectos eran los ácratas de principios del XX, y el percutor de un adjetivo dispara igual balas de plomo.
No intento desmerecer los sesudos análisis, que de la economía a la política se escriben. Los considero imprescindibles pero marginales. Tienen su espacio de convicción y proselitismo, pero son los fustazos de la escritura combativa los que mueven las manos luego de una primera impresión en la conciencia. Más se gana denunciando a un ratero que con estadísticas del Producto Interno Bruto. Lo efímero de este tipo de escritura, apta para momentos de crisis y difunta en la bonanza es lo que la hace más excitante y valedera.
jueves, 2 de febrero de 2012
Juan León Cornejo cita ejemplos concretos de la aplicación de la receta maquiávelica de "dividir para reinar" en la política masista
Tal vez por burda, pero en estos tiempos resulta cada vez más evidente, como pocas veces, el uso de métodos y fórmulas que explotan la doble condición de racional y pasional del ser humano para la captura del poder total. El "divide y vencerás" del que escribió Maquiavelo está ahí, con ejemplos concretos y palpables en nuestra vida diaria como prueba de una marcha inexorable hacia la conquista del poder total. El caso más próximo es el del proyecto de construir un camino por el Parque Isiboro Sécure. Cuando son aún poco claras las motivaciones reales para insistir en hacerlo por medio del parque aunque existe la posibilidad de rutas alternativas, se recurre a la vieja práctica de dividir a las gentes que lo habitan, para realizar el proyecto, de todas maneras. Es poco ortodoxo, por calificarlo de alguna manera, que tras promover una marcha contraria a la que consiguió la ley que lo prohíbe y promocionar una nueva fuerza de poder territorial, se deje la solución a dos fracciones ahora enfrentadas. Más allá del cambio o no de la ley o de la construcción o no del camino, todos perderán porque al final se habrá fracturado a las naciones indígenas en una dimensión seguramente mayor a la provocada por el largo proceso de colonización. No es el único caso. Ahí están también la disputa entre las gentes de Tarija y Chuquisaca por el gas de Margarita, las diferencias aún no resueltas de los habitantes de Coroma y Quillacas, los líos entre las gentes que exigen derechos sobre yacimientos mineros asentados en sus territorios y los mineros que trabajan en su explotación o la lucha de intereses entre cultivadores de coca del Chapare y de los Yungas. La misma estrategia política se aplica también, sin dudas, cuando se divide a la oposición para recuperar los dos tercios perdidos en la asamblea legislativa por la protesta de los indígenas de tierras bajas en defensa de sus derechos en el Isiboro Sécure.El nuestro es un país, desde hace muchos años pero sobre todo desde la revolución nacionalista de 1952, un interesante globo de ensayos políticos, económicos y sociales. Muchos de los grandes cambios se inspiraron en los ocurridos en Bolivia. Gracias a eso, o tal vez por eso, los bolivianos tenemos, en general, una cultura política altamente desarrollada. Posiblemente intuitiva, pero por momentos exquisita. Y la gente tiene, además, una especial sensibilidad social. Gracias a esa característica particular, eso de divide y vencerás de la estrategia que menciona Maquiavelo, bajo el criterio de favorecer al más fuerte, aniquilar al débil sin piedad y combatir al igual, como se escuchó hace no mucho tiempo en un foro de formación política en el país, no garantizó nunca resultados positivos ni mucho menos duraderos. Para frustración de los intentos de totalitarismo y dictadura, que fueron muchos.
miércoles, 1 de febrero de 2012
Adiós Marcelino! Qué de recuerdos y de trabajo compartido. paz en su tumba!
¡Aquí canta Bolivia! es la frase que no olvidarán las personas que escucharon al periodista Marcelino Navia Reinaga en la conducción del Festival de la Canción Boliviana.
Nació en Oruro el 2 de enero de 1936 y llegó a Cochabamba en 1975 a invitación de Laureano Rojas para conducir el Festival "Lauro de la Canción Boliviana", recuerda su esposa Marina Felicidad Castillo. Navia. Falleció el lunes, aquejado por un cáncer.Se destacó en la radiodifusión. Inició en La Voz del Minero en Llallagua y las radios El Cóndor y Bolivia en Oruro. Condujo el programa "Las mañanas con Tío Machelo” donde niños y jóvenes acudían para mostrar sus dotes artísticas. Trabajó en prensa escrita: en los periódicos La Patria de Oruro, Opinión y Los Tiempos de Cochabamba. Hasta octubre de 2011 fue Jefe de Noticias de radio Centro.
Su esposa lo describe como cariñoso esposo.
Tuvo 12 hijos, la mayoría sigue sus pasos y ocupa espacios en la comunicación: Juan trabaja en la Patria de Oruro; Isaac es gerente de Programación de Periodistas Asociados de Televisión (PAT) en Santa Cruz; Luis Fernando es responsable nacional en producción de informaciones en Bolivia TV del canal 7 en La Paz. (Según aparece en OPINION de Cb.)
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