Anoticiados en el Palacio del Rey Evo de que la cholita periodista tiene mucho dinero y de que con ese dinero mantiene a un periodista viejo obstinado en prolongar una columna de opinión en varios periódicos de nuestro país, importantes hombres del Gobierno se acercaron cariñosamente a mi comadrita para pedirle su contribución económica para la campaña de la re-re-re-reelección del dúo Evo-Álvaro.
Como mi corresponsal periodística es más viva que las arañas, le aconsejó a uno de los magos de las finanzas bolivianas que metiera la mano en la lata del Palacio Real y así funcionaría exitosamente la próxima consulta popular para alargar el período gubernamental de los nombrados hasta el año 2030, o más. En cuanto a los rumores de que ella mantiene los gastos periodísticos de su viejo compadre, ella desmintió esa infamia aclarando a los palaciegos que yo no solamente le proporciono un trabajo noble y honesto, sino que la acompaño a bailar en diversas festividades religiosas y le presto mi poderosa motocicleta Harley Davidson.
Con el rabo entre las piernas se retiraron los pedigüeños para continuar con su campaña que les permitirá hacer frente a su difícil tarea de convencer al pueblo de Bolivia que Evo y Álvaro son dos pobrecitos indígenas que tratan de gobernar Bolivia 15 años más y que para ello necesitan del “aporte voluntario” de todos los empleados públicos que muy pronto recibirán el regalo de dos aguinaldos. Después de contarme la sabrosa anécdota desarrollada en los pasillos de Palacio Real de Evo, mi comadre cochabambina nacida en Quillacollo me dijo: “ahora, hablando en confianza me parece que los partidarios del dúo Evo y Álvaro están luchando para seguir “mamando” y todos sabemos que “la mamadera del Poder” proporciona uno de los placeres más excitantes de la tierra porque cuando consigues tener la mamadera en las manos tienes todo: trabajo, aviones, automóviles y hasta te conviertes en simpático pues todo lo que dices a tus semejantes les parece inteligente, o por lo menos gracioso; nada importa que hayas sido brillante en la escuela o en el colegio, pues por arte de los dioses todo lo que dices es calificado como inteligente y a veces genial. Cuando gozas de la mamadera, no necesitas llevar dinero en el bolsillo, ni chequera, ni tarjetas de crédito, tienes vivienda gratis y no pagas luz, ni teléfono, ni gas…”
Mi comadre me describió con sencillez y sin envidia las maravillas del vivir con mamadera que en mi noble pobreza imaginé las maravillas que mi comadre cholita describió y que yo nunca alcanzaré.
Para concluir, permitidme gritar con el puño cerrado en alto ¡Patria o Muerte, venceremos! ¡Viva Evo y Alvarito! ¡Mamadera para todos!
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