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jueves, 19 de enero de 2012

No es culpa del Gobierno. repite Evo, Alvaro, todo el buró oficialista. jamás asumen su responsabilidad. Walter Zuleta se refiere a los últimos sucesos


Aunque ya me he perdido en el recuento de víctimas fatales acaecidas durante el período de gobierno  de don Evo Morales Ayma, creo no equivocarme al suponer que con los tres decesos y cincuenta heridos que han resultado del enfrentamiento entre pobladores y la Policía Nacional el pasado miércoles 11 en Yapacaní, el gobierno Plurinacional ha alcanzado o superado la cantidad de fallecidos,  por la que un gobierno anterior continúa acosado con repetidos juicios de responsabilidad por políticos que suelen obtener provecho de la desgracia del contrincante o supuestos deudos que cada día aumentan en procura de resarcimiento económico.  Mas,  ha quedado muy claro que así el número de muertos en este período sea igual o mayor al de anteriores, no es de responsabilidad del gobierno Plurinacional porque ha resultado de la sumatoria de hechos “intrascendentes” en varias regiones y diferentes tiempos y sus culpables, ministros o comandantes de FF.AA. o Policía inmediatamente han sido “retirados” a nuevas funciones, a diferencia de lo sucedido con miembros de ese gobierno anterior, merecidamente sujetos a juicios por haber ordenado mediante instrumento legal la participación de las FF.AA. y la Policía Nacional en el intento de restablecer el orden público y la paz social frente a un alzamiento político de grande envergadura que en esa época amenazó todos los derechos fundamentales de la población.
Y retomando el lamentable tema de Yapacaní, es de justicia aceptar los sentidos mensajes del Gobierno Indígena Originario Campesino, que niega responsabilidades y descubre al verdadero culpable: la derecha incrustada en el M.A.S.
¿Qué culpa puede tener el gobierno del M.A.S. de que los “collas tropicalizados” hayan adquirido de pronto mayor belicosidad que los cambas del lugar y que por el hecho de haber ofrecido un triunfo  electoral al M.A.S. crean tener derecho de alterar el orden institucional e imponer a su antojo el cambio y recambio de autoridades del lugar?
¿Cómo se puede  responsabilizar al Presidente Morales de que don David Carvajal, ostentando orgulloso su condición de oriundo de Orinoca y trompetista de banda musical en su meritorio currículo haya ocupado el altísimo cargo de Alcalde Municipal de la lejana localidad de  Yapacaní y que en el ejercicio de su cargo haya demostrado ser un picarón?
¿Cómo puede el gobierno Plurinacional ser culpable de hechos violentos en Yapacaní, si todos sabemos que este municipio es autónomo, así la “renuncia” de su Alcalde haya sido anunciada por el Ministro de Gobierno doce horas antes de su presentación por el interesado?
Creo que todos ya estamos convencidos que en el enfrentamiento de Yapacaní, como en todos los que le precedieron y derivaron en la aparición de víctimas humanas, el Presidente, Vicepresidente y Ministros del Estado Plurinacional no tienen ninguna culpa como tampoco de los resultados de su “proceso de cambio” que todos los bolivianos tendremos que pagar.
Por tanto,  habrá que investigar también en otros sectores para definir quién o quienes deben ser declarados culpables en remplazo del gobierno actual.
Tienen culpa por ejemplo, los que votaron en varias oportunidades pensando en lo pintoresco e inédito que resultaba elegir como gobernantes a un falso indígena iletrado y a un ex-guerrillero con presunción de intelectual.
Tienen culpa los incipientes e ingenuos políticos que con su presencia en la “cumbre” convocada por el Presidente, cohonestan los desaciertos y arbitrariedades de un gobierno carente de norte y de principios y no alcanzan a comprender que las cumbres políticas deben efectuarse sólo para tratar temas de Estado y no para ocultar o remontar la popularidad perdida de un régimen.
Tienen culpa quienes no se dan cuenta que la única cumbre pendiente es la que tarde o temprano  deberá realizarse para definir en discusión abierta si mantenemos al Estado Plurinacional, como país de guasa o restauramos los valores éticos, históricos, políticos, económicos, sociales y culturales de la REPUBLICA DE BOLIVIA.
Tienen también culpa quienes a esta altura consideran todavía gracioso y simpático mantener a un Presidente “metomentodo” y a un Vicepresidente “marisabidilla” que aunque diferentes representan lo mismo,   refiriéndome a los sinónimos desde luego.
Washington, Enero 2012

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