Aunque ya me he perdido en el recuento de
víctimas fatales acaecidas durante el período de gobierno de don Evo Morales Ayma, creo no equivocarme
al suponer que con los tres decesos y cincuenta heridos que han resultado del
enfrentamiento entre pobladores y la Policía Nacional el pasado miércoles 11 en
Yapacaní, el gobierno Plurinacional ha alcanzado o superado la cantidad de fallecidos,
por la que un gobierno anterior continúa
acosado con repetidos juicios de responsabilidad por políticos que suelen
obtener provecho de la desgracia del contrincante o supuestos deudos que cada
día aumentan en procura de resarcimiento económico. Mas, ha
quedado muy claro que así el número de muertos en este período sea igual o
mayor al de anteriores, no es de responsabilidad del gobierno Plurinacional
porque ha resultado de la sumatoria de hechos “intrascendentes” en varias
regiones y diferentes tiempos y sus culpables, ministros o comandantes de
FF.AA. o Policía inmediatamente han sido “retirados” a nuevas funciones, a
diferencia de lo sucedido con miembros de ese gobierno anterior, merecidamente
sujetos a juicios por haber ordenado mediante instrumento legal la
participación de las FF.AA. y la Policía Nacional en el intento de restablecer
el orden público y la paz social frente a un alzamiento político de grande
envergadura que en esa época amenazó todos los derechos fundamentales de la
población.
Y retomando el lamentable tema de Yapacaní, es
de justicia aceptar los sentidos mensajes del Gobierno Indígena Originario
Campesino, que niega responsabilidades y descubre al verdadero culpable: la
derecha incrustada en el M.A.S.
¿Qué culpa puede tener el gobierno del M.A.S.
de que los “collas tropicalizados” hayan adquirido de pronto mayor belicosidad
que los cambas del lugar y que por el hecho de haber ofrecido un triunfo electoral al M.A.S. crean tener derecho de
alterar el orden institucional e imponer a su antojo el cambio y recambio de
autoridades del lugar?
¿Cómo se puede
responsabilizar al Presidente Morales de que don David Carvajal, ostentando
orgulloso su condición de oriundo de Orinoca y trompetista de banda musical en
su meritorio currículo haya ocupado el altísimo cargo de Alcalde Municipal de
la lejana localidad de Yapacaní y que en
el ejercicio de su cargo haya demostrado ser un picarón?
¿Cómo puede el gobierno Plurinacional ser
culpable de hechos violentos en Yapacaní, si todos sabemos que este municipio
es autónomo, así la “renuncia” de su Alcalde haya sido anunciada por el
Ministro de Gobierno doce horas antes de su presentación por el interesado?
Creo que todos ya estamos convencidos que en el
enfrentamiento de Yapacaní, como en todos los que le precedieron y derivaron en
la aparición de víctimas humanas, el Presidente, Vicepresidente y Ministros del
Estado Plurinacional no tienen ninguna culpa como tampoco de los resultados de
su “proceso de cambio” que todos los bolivianos tendremos que pagar.
Por tanto, habrá que investigar también en otros sectores
para definir quién o quienes deben ser declarados culpables en remplazo del
gobierno actual.
Tienen culpa por ejemplo, los que votaron en
varias oportunidades pensando en lo pintoresco e inédito que resultaba elegir
como gobernantes a un falso indígena iletrado y a un ex-guerrillero con
presunción de intelectual.
Tienen culpa los incipientes e ingenuos
políticos que con su presencia en la “cumbre” convocada por el Presidente,
cohonestan los desaciertos y arbitrariedades de un gobierno carente de norte y
de principios y no alcanzan a comprender que las cumbres políticas deben
efectuarse sólo para tratar temas de Estado y no para ocultar o remontar la
popularidad perdida de un régimen.
Tienen culpa quienes no se dan cuenta que la
única cumbre pendiente es la que tarde o temprano deberá realizarse para definir en discusión
abierta si mantenemos al Estado Plurinacional, como país de guasa o restauramos
los valores éticos, históricos, políticos, económicos, sociales y culturales de
la REPUBLICA DE BOLIVIA.
Tienen también culpa quienes a esta altura
consideran todavía gracioso y simpático mantener a un Presidente “metomentodo”
y a un Vicepresidente “marisabidilla” que aunque diferentes representan lo
mismo, refiriéndome a los sinónimos
desde luego.
Washington, Enero 2012
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