La inversión era digna para escribir un argumento cinematográfico y hacer una película de las Mil y una Noches: la fundación Abu Dhabi Development International Foundation, podía financiar la reconstrucción del Lloyd Aéreo Boliviano, la línea bandera de la aeronavegación nacional, colapsada el 2006, por la capitalización que hizo el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Ahora surgía un impresionante capital de 350 millones de dólares, provenientes de los petrodólares de ese país, uno de los mayores productores mundiales de petróleo que realizarían la multimillonaria inversión. Parecía, redundando el término un cuento de las Mil y Una Noches: gracias a la lámpara de Aladino, encontrada en Abu Dhabi, el LAB resurgía de sus cenizas y nuevamente surcaba los cielos de Bolivia y el mundo, a partir del 15 de diciembre.
Esta historia mil y una anochezca fue contada por el boliviano Ronny Armando Quisbert, quien alegando ser representante de esa “Fundación Dhabi”, ganó los espacios de la prensa y la imaginación agradecida de los directivos y trabajadores del LAB. Sin embargo, el desencanto no tardaría en llegar, primero se supo que Quisbert, estuvo en reclusión en el panóptico paceño de San Pedro unos siete meses entre 2010 y 2011, por estafa múltiple agravada. A esta contravención, según el registro de la Fiscalía del Distrito de La Paz, enfrentó otras dos querellas, también por el delito de estafa, que le iniciaron el 24 de septiembre de 2007 y el 12 de octubre de 2011. Es decir, se trata de un verdadero pájaro de cuentas.
La reclusión penal de Quisbert se debió a que practicó una estafa junto a ONGs que pretendían comprar el Hospital Rosa Agramont de El Alto. Los postulantes al personal médico deberían aportar una suma de 9.350 dólares como garantía por el trabajo. Sin embargo, fracasó la compra del centro médico y no se devolvió el dinero a los médicos y enfermeras que habían caido en el engaño. Por ese motivo acabó recluido en San Pedro.
La estocada final fue realizada por la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT), quien señaló que hasta el momento no se presentó ninguna documentación legal de la fundación Abu Dhabi. Además, el LAB debería pagar sus millonarias deudas a impuestos internos (400 millones) y a las dos Administradoras de Fondos de Pensiones (200 millones).
¿Quién o quienes tuvieron la idea de urdir esa multimillonaria inversión árabe?. La respuesta a un país de incautos la tiene el propio mega estafador Ronny Armando Quisbert.
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