asistimos a una ciberguerra, los ataques electrónicos de China e Irán para frenar libertades. se propone defenderlas globalmente

Acerca de Google e Internet

Mauricio Aira

Google comunicó oficialmente a las autoridades chinas que no deseaba participar en una red de censura que tenía que ver con delitos contra los DDHH que se cometen en aquella nación y la consiguiente falta de seguridad en la red que podría ser utilizada por fuerzas autoritarias y que amenacen la libertad de expresión de sus usuarios. Los grandes medios del mundo entero se han referido a ello y han destacado corresponsables a Pekín con la misión de no omitir detalle informativo en torno a la libertad de expresión, considerado un derecho humano fundamental que tiene que ver con las libertades humanas. Se desataron incidentes en contra de Google el gigante informático de la Red.

Hace tan sólo algunas horas el Canciller de Suecia Carl Bildt expresó públicamente sus observaciones acerca de cómo los regímenes de Teherán y Pekín han tratado de diversas maneras de frenar a sus opositores recortándoles su capacidad de comunicarse con el mundo exterior.

Una de las consecuencias de la globalización es que se puede controlar los flujos de capitales, de personas (migraciones y trata de blancas), el tráfico de drogas y de armamento, pero también el flujo de información de las redes electrónicas. Para ciertos regímenes tiene que existir un control del flujo de ideas, de intercambio de opinión cercando y aislando a la población, espiándoles para evitar que utilicen la tecnología de la información que fortalece la libertad intelectual en el mundo cibernético. Se ha ingresado en la “ciberguerra” y se han producido verdaderos ataques contra los sistemas de alimentación y de percepción de las ideas y pensamiento del enemigo.

Los alcances del espionaje y la guerra cibernéticos son poco conocidos, aunque se sabe que por ejemplo en EEUU esta guerra aumentó en 30% entre 2006-07 que ya en 2001 se había anotado como muy agresiva. Le tomamos la palabra al ministro “yo no creo revelar ningún secreto de estado cuando informo que durante la presidencia de la Unión Europea los ataques cibernéticos aumentaron extraordinariamente”. Se conoce que grandes recursos del Tesoro se han tenido que emplear para frenar, e impedir que el mundo conociera casos típicos de violaciones a los DDHH, tanto como las violaciones a la libertad de expresión en el Internet. El tema no ha estado ausente en la agenda con Cuba, Irán y China, pero también se dieron tendencias represivas en Rusia y Tailandia. Hoy en día existen 69 periodistas o “violadores” del ciberespacio en la China según denuncia expresa de Reporteros sin Fronteras.

Si caminar libremente por las calles gozando de la seguridad es un derecho también debe serlo navegar por Internet y deslizar el pensamiento protegidos de la seguridad cibernética fruto de un acuerdo universal, la legislación no es aún suficiente. Suecia que disfruta de la modernidad en tecnologías de comunicación se prepara para asumir una responsabilidad especial sobre el tema concreto de la seguridad cibernética y la libertad en Internet sin dejar de proteger la intimidad personal y las normas para evitar su mal uso. Se convierte en un desafío avanzar en área tan sensible buscando la cooperación de países, organizaciones y empresas dispuestos a garantizar la libertad de la red universal. Finalmente el Canciller ha propuesto realizar en Suecia durante 2010 una reunión de expertos para elaborar los principios de la libertad de expresión en Internet, bajo patrocinio del Relator especial sobre la Libertad de Expresión de las NNUU.

Felizmente quedan muy pocos lugares en el mundo donde no se permite el uso del Internet en toda su gama de funciones, privando a sus habitantes del maravilloso instrumento que abre las puertas del conocimiento y la información sin diferencia de idioma, distancia, religión y sin otra restricción que la voluntad individual y su derecho a comunicar y comunicarse.

Pocas horas después Hillary Clinton anunciaba desde Washington la apertura de un fondo inicial de 15 millones de dólares para prevenir y enfrentarse a los ciberataques y a crear normas de comportamiento para respetar a las redes globales que sirven a la humanidad.