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miércoles, 20 de enero de 2010

El Día muestra en 30 líneas el empoderamiento de la política, del MAS, del cambio, de TODO por Evo que no tolera sombra alguna

De buitres y basureros
Editorial
Del Granado conoce muy bien el costo que significa estar de ladero de uno grande y por eso tal vez, ha decidido apartarse a tiempo del MAS. El apoyo a Gonzalo Sánchez de Lozada y al proceso de Capitalización llevó a la desaparición a su partido, el MBL, y a la jubilación anticipada a una buena cantidad de líderes que se hacían llamar el “trigo limpio” de la política boliviana. Rápidamente y al ver la reacción del Presidente, varios de los militantes del MSM que trabajan en el Gobierno, no esperaron a que el gallo cante tres veces e hicieron la de Pedro con “Juan Sin Miedo”. Eso fue un espectáculo grotesco que refleja el profundo temor que sienten muchos a quedar fuera de la sombra que proyecta el caudillo.
El alcalde paceño se ha tomado las cosas con calma, primero porque está consciente de que no tiene el físico para responderle a Evo Morales y porque él mejor que nadie sabe de las vueltas que puede dar la política en Bolivia.
Pero nadie puede pasar por alto la virulencia con la que está actuando el Presidente cuando se trata de disputar el poder. Esa actitud se ha acentuado luego del triunfo abrumador conseguido el 6 de diciembre, que lo ha facultado no sólo para dan rienda suelta a la persecución de sus adversarios a los que llama delincuentes, sino también para comenzar a menear la olla dentro de su partido, quitando y poniendo a gusto del caudillo, lo que obviamente ha comenzado a generar malestares incluso entre los que se consideraban más leales.
Evo Morales está confiado en que él seguirá siendo la figura central de las elecciones del 4 de abril y se ha dado las licencias necesarias para echar mano a independientes, reciclados, cuestionados y algunas figuras de poco peso para que pongan la cara como candidatos, mientras él los guía. En realidad son sus candidatos, porque el poder es de él y todo aquello que no encaje y que no sea conducido por él, es basura.
Ese mismo sentimiento de temor ha provocado que una buena parte de la oposición enjambre hacia una sola “colmena”, especialmente en Santa Cruz, tratando de demostrar la unidad que inexplicablemente no cuajó antes del 6 de diciembre y que posibilitó el inédito copamiento del MAS de grandes espacios en las regiones que estuvieron encarando la resistencia. Es probable que se haya logrado una buena trinchera electoral, sin embargo, todavía no existen las garantías de que se esté reconstituyendo una oposición bien estructurada que trate de reconducir los procesos sociales, políticos y económicos que identifican a la región y que el MAS pretende destruir para consolidar su hegemonía. De la consistencia de estas alianzas y de su capacidad de recobrar el espíritu perdido por las vacilaciones de algunos líderes, dependerá que Santa Cruz y otras regiones que transitan por la senda democrática, no sucumban y no terminen como carroña de la voracidad absolutista.El Presidente no admite que nadie haga política si no es bajo su conducción. Por eso insulta, persigue y hasta acusa de delincuentes.

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