Campesinos de la población aymara de Achacachi detuvieron un autobús el domingo por la noche y capturaron a sus once pasajeros, inclusive al chofer y tras llevarlos al stadium local dieron lugar a un macabro procedimiento: los rociaron con kerosene y gasolina y les prendieron fuego. Al revolcarse aterrorizados, las personas apagaron el fuego, pero luego fueron flageladas y pueden haber muerto dos de ellas, un varón no identificado y una mujer embarazada. La noticia la dio Radio Fides en la mañana.
Después, en su versión en la internet (www.radiofides.com) la emisora divulgó lo siguiente:
“El Viceministro de Justicia del gobierno, Rubén Gamarra, informó de una persona falleció a consecuencia del grave maltrato que recibió en el intento de linchamiento en la población de Achacachi, en el departamento de La Paz. Aún no se identificó a la primera víctima, que fue trasladada a la ciudad de El Alto, junto a las otras personas que sufrieron las vejaciones. Además, una mujer embarazada también perdió la vida, informó la Policía Departamental de La Paz.”
El Viceministro acogió la versión de los campesinos y dijo que el brutal episodio había sido resultado de “la reacción de la población ante delincuentes.” No explicó en qué consistían los delitos de los aprehendidos y brutalmente castigados. Los aprehendidos por los campesinos fueron seis varones y cinco mujeres.
El Viceministro dijo que se había hecho “todo lo posible” para evitar el linchamiento de los once y que los nueve sobrevivientes serán procesados en El Alto. De nuevo, no informó sobre las acusaciones que pesarían sobre las víctimas, aunque aseguró que los victimarios también serían procesados. Se desconoce la identidad de los atacantes.
Los campesinos aprehendieron a sus víctimas a las 8:00 PM de anoche y los llevaron hasta un stadium de la localidad, a unos 90 kilómetros de La Paz. El martirio se prolongó hasta por lo menos las tres de la madrugada, según la información radial de Fides. El corresponsal de la emisora que transmitía la noticia dijo que algunas de las víctimas clamaban por misericordia, pero que sus clamores no eran escuchados por los enardecidos victimarios. A media mañana, el Viceministro todavía exhortaba a los captores a liberar al grupo.
El episodio fue una nueva demostración de la “justicia indígena”, que puede adquirir carta de ciudadanía con el proyecto de constitución del gobierno, y sobre la cual los bolivianos votarán el 25 de enero.
Achacachi es conocida por este tipo de “justicia”. Fue allí que hace algunos meses un grupo de campesinos degolló públicamente a dos perros diciendo que esa era la muerte que aplicarían a los líderes de las regiones de la llamada Media Luna, en el oriente, norte y sur de Bolivia, donde se concentra la mayor oposición al gobierno del presidente Evo Morales. El cruel episodio conmovió al país y llevó a organizaciones de defensa de los animales a pedir al gobierno que evitase su repetición. Los mata-perros fueron identificados como integrantes de “Los Ponchos Rojos”, que forman parte de las organizaciones sociales que respaldan militantemente al gobierno. Generalmente actúan con látigos, con los que fueron azotados los capturados anoche. Ese mismo instrumento de tortura fue aplicado a miembros opositores de la Asamblea Constituyente, que elaboró, en medio de reiteradas denuncias de irregularidades, el proyecto de constitución que se votará en enero.
El proyecto consagra la elección de jueces y magistrados de la justicia por voto mayoritario y no por selección por méritos en el Congreso, como ocurre ahora.
Noviembre 17, 2008 - Publicado por haroldolmos
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