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domingo, 23 de diciembre de 2012

Carlos Valverde se refiere a "las ocurrencias de Evo" porque el hombre pretende matizar e idea cosas para mantenerse a flote en medio del torbellino de corrupción y chantaje "su relato" lo lleva confundiendo a los opositores y empeñándose en que le crean


Hay que reconocer que el presidente Morales es ocurrente. Ahora salió con la cantaleta que él y las autoridades electas de su partido deben “enfrentar los referéndums revocatorios que se planteen… sin temor y con la seguridad de ganar. Algunos dirigentes han planteado revocatorio, hay que aceptarlo, que hagan y si hacen vamos a ganar de lejos, no hay por qué tener miedo”. (Radio Fides.com).
Esa es una ocurrencia que sale justo cuando el país se entera de los hechos de corrupción, extorsión, tráfico de influencias en el Ministerio de Gobierno, con algún hilo hacia los de Transparencia y Presidencia (falta saber exactamente qué pasa en los demás ministerios). En efecto, el presidente lanza su contraofensiva política a fin de evitar un mayor desinfle de su magullada pero, sin duda, aún fuerte figura.
Evo Morales sabe que pierde aire, evidentemente de manera muy lenta aún, y es consciente de que de seguir así, sus aspiraciones de lograr la re-relección serán muy difíciles, aún cuando cuente con un Poder Electoral más o menos simpatizante de su Gobierno.
Desde hace tiempo vengo escribiendo mi sensación de que el Gobierno está intentando posicionar un ‘relato’ en el que la gente crea. Este pasa por las ‘bondades’ de un presidente sacrificado al máximo por las clases oprimidas y, al mismo tiempo, honesto, al que ‘algunos’ de sus compañeros hacen quedar mal, y también al ‘proceso de cambio’, pero que resurge como una especie de ave fénix que se alimenta de las continuas derrotas que inflige a la oposición política externa y, por supuesto, a la corrupción interna. Esa es su lógica.
Está claro: el Gobierno genera su propio debate. Cuando quiso convertirse ante la opinión pública en el paladín de la lucha contra la corrupción y no se le creyó, inmediatamente surgieron dos temas: primero, el fin del mundo conocido y el segundo, posicionar la idea de que lo quieren tumbar convocando a un referéndum revocatorio, al que él, todo un ‘macho del barrio’, por supuesto asistirá para demostrar la fuerza del pueblo frente a la vieja política ‘antipatria’.
Película vieja, repetida, pero, curiosamente, muy útil para el ‘relato’ gubernamental porque la ingenuidad de los opositores es capaz de llevarlos a aceptar la parada y en una de esas generar un debate sin sentido acerca de si Evo debe o no quedarse. En ese terreno, Evo Morales juega mejor a la política que los opositores y, por supuesto, va a distraernos a todos con un relato que tapará los verdaderos problemas de su Gobierno 

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