En Chipre se está viviendo una situación que se parece a la que se presenta en otros países donde la economía legal convive con la economía oscura.
La troika de la Unión Europea exige que las cuentas bancarias de Chipre sean retenidas en 9,9% para ayudar a salir de la crisis.
Los parlamentarios chipriotas piden que las cuentas con menos de 100.000 euros tengan una retención menor, de 5,4%, y que las de menos de 20.000 sean liberadas totalmente.
Sucede que Chipre es un paraíso fiscal que atrae a ahorristas de todo el mundo deseosos de escapar de los controles que existe en sus países. Los bancos chipriotas hacen de grandes lavanderías para estos personajes.
De todos los recursos que circulan en la economía chipriota, casi la mitad, o más, provienen de fuentes oscuras, de parias del sistema financiero mundial.
En Chipre, la economía refleja ese volumen total de recursos, ya sea propios o ajenos. Sus tasas de inflación responden a la realidad total, entre otros indicadores.
Si en Bolivia existiera una economía oscura que representara 50% del total, estaríamos igual que Chipre. Si la economía oscura relacionada con la coca o la cocaína fuera tan grande como la economía legal (que lo es), la situación sería similar a la de Chipre.
La diferencia es que en esa famosa isla, que figura como pieza central en la mitología griega, la economía oscura forma parte de las cifras oficiales, por lo menos para los bancos.
En Bolivia, hay más categorías que en Chipre. Están los ahorros de los pobres asalariados y de los pobres ahorristas que reciben ingresos del sector legal de la economía, que pagan impuestos, que pagan aranceles, que viven en la legalidad.
Y están los otros, lo que viven en la ilegalidad de casi todos los sectores de la economía, pero que influyen en la fijación de los precios, en los salarios, los jornales y en toda la economía.
En Chipre, donde todos ahorran en los bancos, se puede pensar en estas soluciones. En Bolivia, la economía negra es mucho más grande, en proporción, pero los bancos no reflejan esa realidad.
Eso sí, los bancos en Bolivia son tratados como si absorbieran todos los recursos pecaminosos. No se castiga a los pecadores, sólo a los que se supone que reciben los recursos de los pecadores.
Están los mineros legales y los ilegales, los agricultores legales y los ilegales, están los operadores del sector legal y los operadores del sector ilegal.
Habrá que buscar soluciones en la mitología griega.
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