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martes, 7 de agosto de 2012

José Gramunt en menos de 500 palabras retrata lo sustancial del spich de Evo de caso 2 horas. sus devaneos


El mensaje del señor Presidente el pasado 6 de agosto, 187 aniversario de la fundación de Bolivia fue un vaivén entre lutos y promesas. Con una detallada descripción histórica precisó que “nuestros antepasados sabían de todo, vivíamos en igualdad”. El descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1492, es a juicio del mandatario, un “día de luto”. El 6 de agosto de 1825, -prosiguió el mandatario- tan sólo alcanzó una “independencia a medias” por culpa de las oligarquías nacionales, compuestas por los llamados mestizos o criollos, especialmente criollos de quienes, según Evo Morales, proceden las nueva oligarquías.
El presidente también formuló unas promesas que concretó en un “programa patriótico hasta el 2025”, año en que se celebrará el bicentenario de Bolivia. Tres son los objetivos principales de ese programa: erradicar la pobreza, facilitar el acceso a los servicios básicos para todos los bolivianos y alcanzar la autosuficiencia alimentaria con soberanía. Uno se pregunta por qué habrá que esperar a los próximos años para cumplir estos programas elementales que pudieron ser llevados a cabo en los seis años de gobierno masista, ¿No sería autosuficiente Bolivia si el gobierno hubiera previsto una política agropecuaria y agroindustrial inteligente? El Sr. Presidente destacó la recuperación de la democracia en 1982. A partir de entonces, afirmó Evo Morales, Bolivia creció en los ámbitos económicos, políticos y sociales, incluyendo el tiempo de los dos mandatos de Morales. El Presidente reconoció la corrupción de algunas autoridades, pero aclaró que algunos ya están recibiendo “castigos severos”. ¡Que siga! No pasó por alto el narcotráfico: anunció que pondrá al ejército en ese frente creando un “regimiento ecológico” encargado de controlar la producción de la coca y su desviación al narcotráfico. Dentro de su Plan Nacional de Desarrollo al 2011, Morales dijo que todos los objetivos se cumplieron y que sólo uno no pudo efectuarse: la reforestación, y culpó de “ineficiente” al Ministerio de Medio Ambiente y Aguas.
Oído y leído el discurso, lo primero que salta a la vista es la intención presidencial de prolongarse en el mandato, cosa que ya se daba por segura. La otra curiosidad es la dura crítica que propina al ministro de Medio Ambiente y Aguas por la deforestación y el subsiguiente propósito de llevar a cabo una política de reforestación. Uno se pregunta si al Sr. Presidente no le traicionó su fértil imaginación y su fluidez verbal,  y adivinó lo que muchos habían pensado, es decir, la necesidad de repoblar las áreas deforestadas y desertizadas por lo efectos corrosivos de los químicos que destilan los cocales.
Nada nuevo. Han aparecido nuevas oligarquías, pero no invierten en industrias altamente productivas. Tampoco se han estimulado las inversiones extranjeras. Esperaremos las elecciones del 2014 para comprobar si se cumplen los sueños prorroguistas del Sr. Presidente.

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