Crisis debida a la pandemia y Bolivia
Mauricio Aira
Bolivia es un país políticamente inseguro. Las manifestaciones y enfrentamientos, a menudo violentas son frecuentes. Es la primera frase que aparece en la lista de naciones que publica Suecia relacionada con la influenza denominada oficialmente A H1N1 y ante la cual se están tomando todos los aprestos necesarios y programando una gigantesca vacunación que alcanzará a cada uno de los cerca de 10 millones de habitantes y a un costo sencillamente inalcanzable para cualquier país del tercer mundo. Para quienes están planeando viajar a Bolivia recomienda extremar la precaución ante manifestaciones y concentraciones políticas, ciudades como Santa Cruz, Cochabamba, Sucre y Pando han soportado temporadas largas de peligro extendidas a La Paz y sus alrededores. Los viajeros deben atender las restricciones recomendadas del carácter restrictivo de sus visitas, especialmente si tienen que desplazarse por carretera ante los frecuentes bloqueos que suelen durar jornadas enteras. Si bien hoy Bolivia goza de relativa calma, aseguran que por debajo de la superficie advierten tensiones, por lo que los organismos siguientes han habilitado con relación a la pandemia sitios de información permanente: Guía de viaje Dinamarca. Informe de viaje, Canadá para Bolivia. Consejos de viaje British Oficina de Asuntos Exteriores. Estados Unidos sobre Bolivia.
Bolivia es un país inestable con profundas tensiones sociales, étnicas y políticas y de una pobreza generalizada. Disturbios y protestas son frecuentes, pero además se dan excesos de la naturaleza que destruyen partes de las carreteras o las inundaciones en período lluvioso, las interrupciones alcanzan al movimiento aéreo, por ello incluye las recomendaciones . (Ver la página de la Administración Boliviana de Carreteras en su sección transitabilidad y/o la página de Defensa Civil) donde suelen figurar noticias sobre acontecimientos que pueden afectar a las carreteras y la seguridad. Ni Chávez ni Morales pueden hacer nada para desinformar sobre lo que realmente afecta a la seguridad no sólo del sector turístico que está reducido a su mínima expresión o a las inversiones que pudieran llegar, ya que los disturbios se han centrado en Santa Cruz, Tarija, Cochabamba, Chuquisaca, Pando donde manifestaciones de apoyo al gobierno han dado lugar a violentos enfrentamiento con saldo de varios muertos, bloqueos de carreteras y vandalismo generalizado. Ni qué decir de los disturbios que caracterizan el norte de La Paz, El Alto, zonas circundantes al Lago Titicaca y donde se cultiva la coca en El Chapare y los valles de Los Yungas de La Paz. El importante aeropuerto de El Alto ha sido muchas veces bloqueado haciendo inseguras las operaciones del tráfico aéreo internacional.
Advirtiendo que la situación es inestable y de permanente evolución se debería evaluar si una visita a Bolivia es realmente importante, porque abundan los robos y los asaltos por las calles y hasta en los hoteles. La fiebre del dengue es un hecho afectando a Santa Cruz, Chapare, Beni y Pando, enfermedad febril causada por un mosquito, provocando síntomas típicos como dolores de cabeza, espalda, musculares e inflamación de la vista. El país no está libre del sarampión o hemorragias en los pies, las manos y las axilas. El síndrome hemorrágico del dengue tiene una mortalidad significativa, no hay vacuna aunque el uso de repelentes y mosquiteros impregnados de insecticida puede evitar sus efectos.
Se puede apreciar entonces que el turismo hacia Bolivia al menos desde Europa, Canadá y los EEUU está lejos de ser recomendado. Si alguno hubiera realizado un viaje a la zona debería pedir un examen médico en vía de previsión de algún contagio o de estar incubando algún virus maligno. Las recomendaciones de establecer contacto con autoridades de Suecia menudean previniendo eso sí que la Embajada que atiende eventualmente asuntos de Bolivia reside en Buenos Aires. En La Paz funciona una oficina para las actividades de desarrollo sin medios para ofrecer servicios consulares, aunque existe un Consulado General que puede ofrecer consejos antes de emprender el viaje.
Si bien Suecia no ha tenido sino tres casos de la pandemia A H1N1, las autoridades sanitarias hacen lo posible para evitarla, un ejemplo de muchos es el caso de una sueca que estuvo tres semanas en Torrevieja, al volver se sintió afectada por una gripe, fue internada durante cinco días bajo severa observación en un gran hospital de la Universidad. Nos llamó la atención porque difícilmente se permite una estancia de tantos días por los altísimos costos de internación, tomando en cuenta posoperatorios que son dados de alta a los dos o tres días. Además como anticipamos al inicio de esta crónica el Reino gastará un promedio de mil coronas suecas (casi un mil bolivianos) en cada uno de los habitantes para administrarles la vacuna.
La masiva profilaxis empezará con el personal de riesgo que trabaja en servicios de salud, en las casas de ancianos, en las ayudas comunitarias, luego las embarazadas, los obesos, los enfermos del corazón, los crónicos, los diabéticos, los enfermos de asma, finalmente la generalidad de los ciudadanos. La Administración ha importado 18 millones de dosis, según la ministra del ramo María Larsson y será ofrecida sin costo alguno a estantes y habitantes. Así funciona un socialismo sano, humanista y cristiano como el del Reino de Suecia.
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