Los periodistas que reciben favores venden su libertad y no son creíbles
El periodista no puede deberle favores a nadie, porque eso compromete su libertad.
Un problema detectado en toda Latinoamérica y que fue planteado por Javier Darío Restrepo en Cochabamba fue el bajo salario que pagan los dueños de los medios de comunicación a los periodistas en general. El experimentado colombiano convocó a los propietarios de los medios bolivianos a resolver esa situación para ayudar a elevar la calidad de la información y a disminuir la corrupción. Para nadie es un secreto que existen propietarios de radios que pagan entre 700 y 1.000 bolivianos mensuales (un promedio de 120 dólares) a los periodistas que hacen coberturas diarias, corriendo de un extremo a otro. La mayoría ni siquiera tiene un bono de pasajes, a pesar de que un decreto del Gobierno ordenó el pago del mismo a los empresarios. Y ni hablar de beneficios sociales. Esta situación de injusticia económica ha obligado a muchos periodistas profesionales y dignos a buscar otros rumbos para poder mantener a sus familias. Y algunos dueños de estos medios de comunicación, que ni siquiera están afiliados a las asociaciones de prensa y radiodifusión, han optado por contratar gente improvisada para disponer de mano de obra barata que no exija. El resultado es negativo por la sociedad: una baja calidad de la información que se presta a distorsiones y al sensacionalismo que sólo entretiene la inteligencia de la sociedad, no la activa. “El periodista es vulnerable a quien pueda redondearle su sueldo de hambre”, advirtió Restrepo y luego explicó que en cuestión de ética nadie es juez de nadie, sino de sí mismo. “Actuar con ética es una decisión personal, nadie puede obligarlo a uno a que sea ético pero sin lugar a dudas, la ética te da las herramientas para ser juez de ti mismo”, sostuvo Restrepo.
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