Con micrófono abierto
Mientras el cerco de milicias masistas se aproximaba a La Paz para rodear al congreso, con la intención de presionar la decisión de los parlamentarios. Mientras se está jugando la suerte del país y el destino de la democracia, el vicepresidente García Linera planteaba en forma arrogante la postergación de la sesión congresal trasladada hasta este sábado a las 10 de la mañana.
Todo esto en medio de amenazas veladas con las que intentaba apresurar y decidir finalmente la aprobación del referéndum constitucional y dirimitorio, planteando entre líneas que los congresistas no deben enojar a los doscientos mil milicianos que según sus cálculos rodearán el hemiciclo, sugiriendo que estos están llegando con la firme determinación de aprobar o aprobar, a riesgo de enojarse si los congresistas no cumplen este mandato.
El vicepresidente, también con micrófono abierto respondió altivamente al requerimiento del senador Pinto, que no aceptaba que entre en agenda de la sesión el tema de levantar el estado de sitio que ha sido impuesto al departamento de Pando, aclarándole que si este tema entraba en agenda, en todo caso sería para ampliar la medida por tres meses más.
También con micrófono abierto negó la posibilidad de que la trascendental sesión de congreso por realizarse fuera trasmitida por el canal de televisión estatal o cualquier otro medio de comunicación, de tal manera que sin ningún tipo de escrúpulo le negó la posibilidad al pueblo boliviano de poder escuchar las deliberaciones y participar de lo que suceda dentro del hemiciclo en el que los representantes decidirán el destino de sus mandantes.
Esta es la supuesta democracia participativa que está ejerciendo el actual gobierno: micrófono abierto para el oficialismo y cerrado para el pueblo que es tratado como un rebaño al que sólo se lo llama a votar y luego se lo manda a pastar. Se lo priva de participar realmente, de saber cómo se está decidiendo su suerte y su destino. Por supuesto que estamos ante una actitud, autoritaria, irrespetuosa y antidemocrática.
Por otro lado, un micrófono que supuestamente debía estar cerrado permaneció abierto y delató una conversación entre el delegado presidencial del Beni, Palmiro Soria, y el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana. En la conversación Soria le planteaba a Quintana: "He prometido que le voy a traer a dos magnificas pa que lo lleven así de los bracitos". Tá bien, aceptaba el ministro sonriente, a lo que el delegado acotaba: Y un paquetito de pitillos; con sonrisas de Quintana en respuesta a esta propuesta.
En un país en el que se respetan valores y se respeta a la ciudadanía, este micrófono abierto ya habría causado un problema de grandes dimensiones. Recordemos nomás el drama que tuvo que enfrentar el ex presidente Clinton por un "affaire" con una pasante, así como muchas renuncias que han tenido lugar en senadores, diputados y gobernadores a los que se les descubrió que habrían sostenido relaciones con prostitutas o temas de droga.
Pero en nuestro país, no hubo una sola palabra de parte del gobierno, ni de los miembros de la oposición. El presidente Morales siguió en sus labores como si no hubiera pasado nada, dándole una vez más la espalda a la moral, a la ética, al buen ejemplo y a la buenas costumbres que se les debe exigir a los funcionarios del gobierno.
Esto es una muestra de impunidad, de cancha libre para los que están en el poder. Todo está permitido para los que se creen dioses.
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