Los prefectos de los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Chuquisaca decidieron suspender el diálogo con el presidente Evo Morales, que llevan adelante en busca de la paz social del país. El motivo de la medida fue la detención (ayer) del cívico, José Vaca, en la localidad tarijeña de Villamontes, acusado de atentar contra un gasoducto en esa región.
El anuncio de la suspensión lo hizo el prefecto de Tarija, Mario Cossio. “La suspensión es hasta que el Gobierno Nacional reduzca su actuación”, afirmó a tiempo de aclarar que el diálogo no se rompe sino que temporalmente queda suspendido. Ante la difícil situación, otros líderes de Villamontes, se declararon en la clandestinidad, puesto que temen ser capturados por agentes del Ministerio de Gobierno.
Cossio pidio a los veedores internacionales de Unasur, OEA, ONU y la Unión Europea, una reunión para que “Ayuden a salvar el diálogo”, manifestó.
Con esta acción, el Gobierno del presidente Morales viene realizando una serie de detenciones en este último tiempo, acusando a autoridades y personas particulares de diferentes acciones en contra del Estado: El 2 de junio de este año, Roberto Lenín Sandoval López, jefe de campaña de Savina Cuéllar (prefecta de Chuquisaca, opositora a Morales) fue capturado, sin orden judicial, cuando salía de su casa (en Sucre) para llevar a sus hijas al colegio. Este funcionario que días después fue liberado fue acusado de ser uno de los alentadores de las protestas cívicas en contra de Morales.
Una de las capturas que causó mayor revuelo en el país fue la del prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, el 16 de septiembre. La autoridad fue acusada de ser responsable de los enfrentamientos entre campesinos, que causó la muerte de más de 15 personas, cuatro días antes, en la localidad de Porvenir.
Para detener al prefecto, más de 500 policías cercaron la plaza de Cobija, para posteriormente sacarlo a Fernández, del edificio prefectural y conducirlo hasta el aeropuerto e inmediatamente trasladarlo a La Paz. El operativo estuvo comandado por el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana. “Ojala el país sepa entender lo que está sucediendo”, dijo Fernández en el momento de su captura.
Pero la cosa no paró ahí. Unos días después, 27 personas más fueron detenidas y también llevadas a la sede de Gobierno. Los ciudadanos pandinos fueron acusados de ser cómplices de Fernández. Lo cierto es que tras la detención del tarijeño José Vaca, el diálogo quedó paralizado porque los prefectos consideran que no existen garantías por parte del Poder Ejecutivo de nuestro país.
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