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jueves, 10 de septiembre de 2009

los medios, la prensa, el poder mediático vienen siendo materia de preocupación, de discusión y de acciones violentas. L.N. comenta el caso de España

Lucas Colonna
LA NACION

Una fuerte preocupación invade los despachos del gobierno español ante la flamante ley de servicios audiovisuales que avanza en el Congreso Nacional. España visualiza que los negocios de su empresariado se encuentran amenazados por las modificaciones que se proyectan en el sistema de medios y de telecomunicaciones, y buscará caminos para que la Casa Rosada se haga eco de sus inquietudes, según supo LA NACION de altas fuentes del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

El gobierno español, dijeron fuentes de la administración madrileña, ha puesto la lupa principalmente sobre el caso Telefónica, que, en virtud de avanzar la ley tal como ha sido redactada por el Gobierno, vería condicionada su participación en el negocio que subyace a la nueva normativa: la provisión del denominadotriple play (es decir, el servicio de telefonía, Internet y televisión por un mismo ducto).

Además, si es que la ley se aprueba tal como ha sido presentada en la Cámara baja, la empresa debería desprenderse de su participación en Telefé y en otros canales en el interior del país en el plazo de un año.

"Telefónica queda en una situación difícil con la actual ley", admitió ante LA NACION un encumbrado funcionario español, de trato directo con Zapatero. Desde la empresa, de todos modos, evitaron las opiniones. Voceros de Telefónica de Argentina dijeron ante la consulta de LA NACION que la firma no haría comentarios sobre el caso.

El cuadro de situación que observa España es por demás complejo. Por un lado, la nueva ley introduce la posibilidad de que las empresas de telecomunicaciones ingresen en el mercado audiovisual y puedan tener licencias de radiodifusión, algo prohibido por la actual normativa.

Pero por el otro, impone una serie de restricciones. Entre ellas, la que establece el artículo 38.2.c.: la prohibición para que una misma firma sea titular de un canal de televisión abierta y de un servicio de cable. Si Telefónica, que es propietaria de Telefé y de otros ocho canales de aire en el interior, quisiera brindar servicio de cable para ofrecer el triple play , debería desprenderse de varios de esos canales.

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