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sábado, 19 de septiembre de 2009

reproducimos una crónica de EJ.org relativa a UTARC el tenebroso grupo de asalto utilizado para crímenes, detenciones, torturas de ciudadanos.


Revelan que “cacería” de Porvenir estuvo a cargo del grupo Utarc

GRUPO DE ÉLITE | Esta unidad de la Policía se especializa en tácticas de combate cercano y participó también en el arresto y golpiza del ciudadano norteamericano Lestat Claudius de Orleáns y Montevideo en 2006

Los Tiempos, Red Líder

Los testigos que presenciaron la madrugada del miércoles las detenciones en Porvenir (Pando) coinciden en que hubo exceso de uso de la fuerza de parte de los responsables del operativo, quienes enmanillaron, golpearon y humillaron a los detenidos.

“Parecían militares”, dijo una testigo. Sin embargo, una fuente policial, cuya identidad se mantiene en reserva, reveló ayer que el operativo en Porvenir estuvo a cargo de la Unidad Táctica de Articulación, Reacción y Control de Crisis (Utarc), grupo de élite de la Policía al mando de un capitán de apellido Andrade.

La Utarc es una unidad policial especializada en tácticas de combate cercano y en el manejo de armas de diverso tipo y sus integrantes han recibido entrenamiento en Estados Unidos, México, Ecuador y Argentina.

Otra de las tareas de la Utarc es brindar seguridad a presidentes de otros países que visitan el país o de personalidades políticas internacionales. Además de actuar como grupo de asalto en operaciones especiales.

Los integrantes de este cuerpo policial ya tienen antecedentes sobre su actitud violenta según denuncia un memorial de abril de 2007 cuando la defensa del ciudadano norteamericano Lestat Claudius de Orleáns yMontevideo refiere “que en la madrugada del 22 de marzo de 2006, cuando estaban alojados en el hostal Oriental efectivos de la Utarc ingresaron a su habitación de manera ilegal y propinándole golpes procedieron a arrestarlo para luego ser conducido a dependencias del CEIP”.

Y el pasado miércoles en Porvenir cuando las fuerzas del orden que hicieron los operativos para detener a los supuestos implicados en la matanza de Porvenir el 11 de septiembre, no hubo presencia de una autoridad del Ministerio Público.

De los 14 aprehendidos, siete fueron liberados al comprobar que se trataba de personas que no estaban en la ‘lista’ que llevaban los líderes de las brigadas que comandaron la acción.

El Deber habló con todos ellos en esta localidad y también con los familiares de los detenidos que fueron trasladados a La Paz. El recuerdo fresco de una noche de terror está latente en cada uno de ellos .

La “cacería” comenzó a las 3:30, en la casa de Dilson da Silva, uno de los concejales, al que lo detuvieron sin problemas porque estaba durmiendo con la puerta abierta. Después fueron a la casa de la concejala Wilma Banegas, donde unos 20 uniformados irrumpieron violentamente para detener a la mujer, a uno de sus hijos y a su sobrino.

Todos fueron enmanillados, golpeados y humillados. Después los subieron a una de las tres camionetas donde fueron puestos boca abajo, unos encima de otros y pisoteados.

“No podíamos ni respirar y si queríamos hablar nos pateaban o nos golpeaban con la culata”, aseguró Félix Banegas que tiene el cuerpo golpeado a tal punto que no puede respirar bien. Su primo Luis Carlos también salió lastimado y teme una fractura.

La caravana del terror siguió para hacer lo mismo en los domicilios de Roberto Rea, el oficial mayor de la Comuna, del alcalde Evin Ventura y el concejal Germán Justiniano. El último operativo fue en la casa del periodista Marcial Peña.

“Pensé que nos querían matar porque entraron apuntando sus armas. Mi marido estaba en calzoncillos y no lo dejaron ni vestirse. A mi hijo lo golpearon y le robaron su celular cuando; fue horrible”, dijo Lucile Céspedes, esposa de Ventura.

Cumplido el objetivo, los detenidos fueron trasladados hasta la Felcn en Villa Busch, a lado de la cárcel pública y a unos 8 kilómetros de Cobija, donde fueron obligados a estar de rodillas por casi dos horas. Previo, señaló Félix Banegas, les cubrieron los ojos con diurex a tal punto que a él, le tapó la respiración. “Para mí fue terrible porque me estaba sangrando la nariz por un golpe que me dieron, casi me ahogo; tuve que morder la cinta para poder respirar”, dijo.

Al promediar las 6:15, el grupo fue llevado hasta el aeropuerto. Antes, el hijo de Peña, un menor de edad fue liberado por esa condición. “Me botaron en un camino y tuve que salir a pie hasta la carretera donde me ayudó un lechero y después una profesora que me reconoció”, señaló el muchacho visiblemente impactado por lo que le pasó.

50 POLICÍAS

Por lo relatado por los testigos, se estima que actuaron en el operativo alrededor de 50 uniformados en tres grupos. Usaron vehículos de la Prefectura y de la Policía.

Las autoridades de Pando como el fiscal de Distrito, los comandantes de la Policía, de la guarnición militar y del Comando Conjunto señalaron coincidentemente que no sabían de los operativos y que no intervinieron en los mismos.

Imputados por 7 delitos

La Fiscalía paceña imputó ayer a los siete pandinos que fueron aprehendidos violentamente el miércoles por los delitos de terrorismo, asociación delictuosa, asesinato, homicidio, lesiones graves, gravísimas y lesiones leves; sin embargo, la defensa de los imputados presentó una Acción de Libertad (antes Hábeas Corpus) para que se restituya la libertad que presuntamente les fue restringida irregularmente.

Dos audiencias están programadas para hoy en la Corte Superior de Distrito de La Paz. A las 09:00 se efectuará la audiencia por el recurso de Acción de Libertad en el Juzgado Sexto de Sentencia mientras la de medidas cautelares se realizará en el Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Penal a las 14:30.

Si el recurso de Libertad procede, los recluidos quedarán en libertad inmediatamente; de lo contrario, deberán presentarse a la audiencia de medidas cautelares y esperar la decisión de la jueza Betty Yañíquez

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