El ‘milagro’ de la construcción de la carretera a Cotoca tal vez fue obra –¿por qué no?– de la misma virgencita, patrona espiritual de los cruceños, desde su santuario distante 19 kilómetros de la ciudad.Lo cierto es que la intermediación la hizo una modesta y sencilla dama cruceña, la Sra. Anita Suárez de Leigue, que dedicó más de la mitad de sus años a peregrinar ante los gobiernos del ciclo militar ‘suplicando’ la construcción de la carretera.Los cruceños jamás olvidarán la expresión de asombro y dicha de la ilustre dama la tarde en que el presidente Hernán Siles Zuazo y algunos de sus ministros, oriundos de la región, inauguraron la moderna carretera.Fue una especie de centenaria deuda moral cumplida con la comunidad, una obra emprendida por el Gobierno Nacional y Cordecruz, la institución rectora del desarrollo regional, que ya comenzaba a percibir para entonces a nombre de Santa Cruz –departamento productor– las regalías del 11% del valor comercial bruto del crudo en boca de pozo.Fue el inicio de una etapa de entusiasmo regional con el que irrumpió en el escenario político nacional una generación de jóvenes militantes, que durante siete años de lucha clandestina descubrieron y abrazaron para siempre los valores universales y permanentes de la democracia.Con recursos propios ‘entablonaron’ el puente de Paila, construyeron la carretera Pailón-Los Troncos y emprendieron la construcción del Proyecto San Ramón-Trinidad para unir por carretera y para siempre al Beni de la ganadería con la emergente agroindustria, base del modelo de desarrollo del oriente.¡Todos o casi todos los recursos se generaron en la región! No le costaron un centavo al erario, pues los jóvenes ejecutivos acudieron a organismos internacionales como Fonplata y la Comunidad Económica Europea para completar la obra gigantesca, que tardó 20 años en concretarse.Fue la expansión de la segunda frontera productiva agrícola-comercial hacia Brasil y la oferta de servicios con el desarrollo del turismo, la artesanía y la cultura regional en la Gran Chiquitania.Miles de emigrantes campesinos, lugareños y originarios provenientes de los cuatro confines de la patria, con la bendición de la sagrada imagen, pasaron por Cotoca rumbo a Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián, San Ramón, Ascensión de Guarayos y Trinidad para participar en la obra colosal de construir un país, alimentar una ilusión y forjar una esperanza.Nadie supuso entonces, ni siquiera como una ‘mala pasada del destino’, que 30 años después marcharían desde Yapacaní agresivas columnas de ‘movimientos sociales’ armados de palos, piedras y escopetas para cercar Santa Cruz, la ciudad rebelde de las luchas heroicas desde los tiempos de la fundación.Ver ahora los spots televisivos que difunden los medios mostrando al presidente Morales, Constitución en mano, gritando: “¡Autonomía, autonomía!”, parece no sólo un insulto a la inteligencia humana, sino también una burla de completo irrespeto ciudadano.
* memocapobianco@gmail.com
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