El ministro de la Presidencia de Bolivia está acusado de contrabando y de orquestar un choque de campesinos que causó 13 muertos
LA PAZ (ENVIADO ESPECIAL LA VANGUARDIA)
Le llaman Ministro Presidente, también es conocido como el Vladimiro Montesinos de Evo Morales. Tal es el poder e influencia de Juan Ramón Quintana. Al ministro de la Presidencia de Bolivia se la ha implicado en un sonado escándalo de contrabando y también es acusado de haber planificado el operativo que ocasionó 13 muertos en la provincia de Pando en un enfrentamiento de campesinos.
El presidente del Senado, Oscar Ortiz, dirigente de la alianza opositora Podemos, fue de los primeros en comparar a Quintana con Vladimiro Montesinos, principal asesor del ex presidente peruano Alberto Fujimori. Montesinos fue el brazo derecho del gobernante de origen japonés y Quintana lo es de Morales; los dos son ex militares expulsados del Ejército por corrupción. Expertos en inteligencia, ambos estudiaron en la Escuela de las Américas, creada por EE.UU. en Panamá para formar a los dictadores latinoamericanos de las décadas de los 70 y 80.
Quintana coordina el Gobierno boliviano y en buena parte maneja todo el aparato del poder ya que Evo Morales no presta mayor atención ni se ocupa de la gestión diaria del ejecutivo. Por su pasado sindical, el presidente boliviano es puro hombre de acción; ocupa la mayor parte del tiempo en reuniones con movimientos sociales por todo el país. Su hiperactividad le impide sentarse en un despacho para estudiar un informe. En un país con tanta tradición golpista, Quintana tiene la delicada misión de garantizar la lealtad de las Fuerzas Armadas. Con gran capacidad para el análisis, el ministro arma las estrategias políticas y maneja la información. “Sin él, el Gobierno estaría en tinieblas, Quintana es la cabeza política del poder”, declara a “La Vanguardia” el analista Jorge Lazarte.
Los propios dirigentes oficialistas coinciden en que Quintana es el ministro más poderoso por la confianza ilimitada que le tiene el presidente Morales. En los últimos dos años, dirige operaciones políticas, de seguridad y comunicación. También ha asumido el control de los numerosos medios de prensa, radio y televisión del Estado. La oposición le acusa de que desde la dirección de proyectos especiales de la presidencia realiza el trabajo sucio del gobierno.
La oposición pidió la cabeza de Quintana por un caso de presunta corrupción que salpica al gobierno. El ministro fue acusado por el director de la Aduana Nacional, general retirado César López (ex jefe de las Fuerzas Armadas), de haber facilitado el tránsito por Bolivia y la entrada en Brasil de 33 camiones cargados de contrabando, que estaban retenidos en un puesto militar de Pando.
Más grave es la acusación que le ha formulado Blusher Alpire, un vecino de Pando. Ante las pruebas aportadas, la fiscalía inició una investigación. Según este supuesto testigo, Quintana orquestó el choque entre partidarios y adversarios de Evo Morales, que el 11 de septiembre de 2008 provocó 13 muertos en la población de Porvenir. Según Alpire, Quintana planificó todo el operativo de compra de armas, reparto de dinero y traslado de la gente, con el objetivo de tomar, de forma violenta, la gobernación de Pando. Después de la matanza, se decretó el estado de sitio y se detuvo al gobernador opositor. “Quintana me pidió que asesinara al senador Roger Pinto; a cambio me prometió 100 cabezas de ganado, 10.000 dólares y una casa donde yo quisiera”, dijo Alpire en rueda de prensa.
Joaquim Ibarz
LA PAZ (ENVIADO ESPECIAL LA VANGUARDIA)
Le llaman Ministro Presidente, también es conocido como el Vladimiro Montesinos de Evo Morales. Tal es el poder e influencia de Juan Ramón Quintana. Al ministro de la Presidencia de Bolivia se la ha implicado en un sonado escándalo de contrabando y también es acusado de haber planificado el operativo que ocasionó 13 muertos en la provincia de Pando en un enfrentamiento de campesinos.
El presidente del Senado, Oscar Ortiz, dirigente de la alianza opositora Podemos, fue de los primeros en comparar a Quintana con Vladimiro Montesinos, principal asesor del ex presidente peruano Alberto Fujimori. Montesinos fue el brazo derecho del gobernante de origen japonés y Quintana lo es de Morales; los dos son ex militares expulsados del Ejército por corrupción. Expertos en inteligencia, ambos estudiaron en la Escuela de las Américas, creada por EE.UU. en Panamá para formar a los dictadores latinoamericanos de las décadas de los 70 y 80.
Quintana coordina el Gobierno boliviano y en buena parte maneja todo el aparato del poder ya que Evo Morales no presta mayor atención ni se ocupa de la gestión diaria del ejecutivo. Por su pasado sindical, el presidente boliviano es puro hombre de acción; ocupa la mayor parte del tiempo en reuniones con movimientos sociales por todo el país. Su hiperactividad le impide sentarse en un despacho para estudiar un informe. En un país con tanta tradición golpista, Quintana tiene la delicada misión de garantizar la lealtad de las Fuerzas Armadas. Con gran capacidad para el análisis, el ministro arma las estrategias políticas y maneja la información. “Sin él, el Gobierno estaría en tinieblas, Quintana es la cabeza política del poder”, declara a “La Vanguardia” el analista Jorge Lazarte.
Los propios dirigentes oficialistas coinciden en que Quintana es el ministro más poderoso por la confianza ilimitada que le tiene el presidente Morales. En los últimos dos años, dirige operaciones políticas, de seguridad y comunicación. También ha asumido el control de los numerosos medios de prensa, radio y televisión del Estado. La oposición le acusa de que desde la dirección de proyectos especiales de la presidencia realiza el trabajo sucio del gobierno.
La oposición pidió la cabeza de Quintana por un caso de presunta corrupción que salpica al gobierno. El ministro fue acusado por el director de la Aduana Nacional, general retirado César López (ex jefe de las Fuerzas Armadas), de haber facilitado el tránsito por Bolivia y la entrada en Brasil de 33 camiones cargados de contrabando, que estaban retenidos en un puesto militar de Pando.
Más grave es la acusación que le ha formulado Blusher Alpire, un vecino de Pando. Ante las pruebas aportadas, la fiscalía inició una investigación. Según este supuesto testigo, Quintana orquestó el choque entre partidarios y adversarios de Evo Morales, que el 11 de septiembre de 2008 provocó 13 muertos en la población de Porvenir. Según Alpire, Quintana planificó todo el operativo de compra de armas, reparto de dinero y traslado de la gente, con el objetivo de tomar, de forma violenta, la gobernación de Pando. Después de la matanza, se decretó el estado de sitio y se detuvo al gobernador opositor. “Quintana me pidió que asesinara al senador Roger Pinto; a cambio me prometió 100 cabezas de ganado, 10.000 dólares y una casa donde yo quisiera”, dijo Alpire en rueda de prensa.
Joaquim Ibarz
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