se maltrató antes de matarlos a tres europeos en Santa Cruz
Se suponía que esto era lo que ocultaban los hombres cubiertos por sendas frazadas. Esto es lo que nos imaginamos cuando los dos ciudadanos que sobrevivieron a la operación del Hotel Las Américas fueron mostrados por primera, segunda y tercera vez, siempre cubiertos por entero, como unos extraterrestres, como unos monstruos envueltos en frazadas para que la gente no descubra que habían sido violentados, vejados en sus derechos y quien sabe que cosas más.
Por supuesto que a pesar de las evidencias, de los hematomas, el ministro de la Presidencia, acostumbrado a salir del paso, le dio vuelta a la tortilla asegurando que el embajador de Hungría en Argentina, Matyas Józsa, le aclaró que él en ningún momento afirmó que se hubiesen violado los derechos humanos de Elöd Tóázó, uno de los detenidos bajo el cargo de terrorismo. Pero como el sol nunca se tapa con un dedo, el abogado de Tóázó, Rigoberto Paredes, presentó fotografías en las que se observan las evidencias de golpes y se habla de que el ciudadano incluso fue inyectado con una sustancia desconocida para inducir su declaración.
El Embajador húngaro, se ha mostrado muy contradictorio, primero afirmó que su representado ha sufrido vejaciones y luego retrocedió y cantinfleó, conducta que resulta muy reprochable cuando se trata de un preso que sólo cuenta con la protección de su gobierno. Los gobiernos de Irlanda y Croacia, se han mostrado más firmes, con mayor consciencia de la labor humanitaria que les toca desempeñar en la defensa de los derechos de quienes están privados de mecanismos de protección, pues es evidente que la justicia boliviana está en manos del Ejecutivo y que todos los procedimientos han sido burlados en este caso como en otros en los que el móvil es político.
Sabemos que el gobierno, se muestra ferozmente renuente a ser cuestionado en sus acciones represoras, razón por la que ante las denuncias que ha recibido de los representantes de los países de los que eran oriundos los ciudadanos abatidos por la policía en Santa Cruz hace una semana y los dos detenidos, los ministros de gobierno y el propio Presidente han reaccionado de manera venal e iracunda, anunciando incluso acciones legales contra los gobiernos que los cuestionan y luego de haberse conocido el video que Rózsa grabó antes de venir a Bolivia, han amenazado al periodista húngaro Andras Kepes quien entrevistó a Eduardo Rózsa expresando que: "La actitud de este periodista húngaro ha sido de encubrimiento de una situación que atentó contra la seguridad de nuestro país. Por tanto, Bolivia va a tomar todas las acciones legales en los escenarios internos y externos que correspondan, para garantizar que este hecho no quede en la impunidad", tal como declaró el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorente, siempre solícito para salir al paso ante las acciones represoras y responder con amenazas a situaciones que comprometen al gobierno del que forma parte. Lo penoso y cuestionable es que Sacha Llorente fue supuestamente “defensor de DD.HH” antes de volverse ministro del gobierno de Morales.
Otro que tiene la labia y los ardides o chicanerías legales afiladas para este tipo de situaciones es el viceministro de Justicia, Wilfredo Chávez, quien conminó a la defensa de Tóázó a demostrar en los estrados judiciales que se violaron presuntamente los derechos humanos de su defendido y no ante los medios de comunicación.
Mientras todo este debate grosero sigue su curso, los detenidos siguen incomunicados y cubiertos por sendas frazadas, obligados a permanecer tapados como momias vivientes para ocultar la violencia que se les ha propinado. (artículo de Centa Reck publicado en varios medios)
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