Lo que es la vida!, podríamos exclamar haciendo referencia al giro que dio la historia de uno de los hombres más fuertes del Gobierno, fundador del Mas y ex presidente de la nacionalizada YPFB, entre otras cosas.
La vida le sonreía a Santos Ramírez, se sentía tan poderoso que no tomó precauciones y por lo tanto no vio necesario disimular o fingir o tomar algunos resguardos para proceder a tomar el dinero mal habido de la estatal que estaba siendo saqueada. Santos se metió así en un bodrio y protagonizó un culebrón de grandes dimensiones porque puso a cuñados, primos y todos sus fusibles a trabajar con él a fin de conseguir apropiarse del dinero apetecido. Santos no calculó que sus matones estaban también picados por la misma ambición que él padecía y que tramaban quedarse con parte del botín, porque no se planteó que no estaba tratando con gente de bien, estaba nomás entre delincuentes como él que procedieron como tales y le tiraron el negocito por la borda así como los ideales de llegar a ser el nuevo Ricki Ricón de la Bolivia de los “Forbes plurinacionales”.
En medio de los coletazos que comenzó a dar el caso Santos y con el consabido temor que provocó que esa corriente arrastre a todo los miembros de la Cia Limitada que actuaba desde el gobierno, porque por supuesto que Santos nunca anduvo solo, ni actuó en solitario, el Presidente decidió ponerlo en prisión y el partido expulsarlo con ignominia.
De tal modo que el gran Huracán Ramírez, descubrió que era un mortal más y que una vez caído en desgracia comenzaría a sufrir los mismos atropellos que vienen sufriendo los opositores que no gozan del derecho ni a la debida defensa.
En medio del su drama, Santos se declara víctima de “intereses políticos" que habrían determinado su caída desde el seno de su mismo partido para alejarlo de la estructura de poder. Es curioso que el gran Santos descubra en carne propia que en los casos que le interesan al gobierno el Ministerio Público actúa con “subjetividad” y que sancionan con rapidez a los enemigos del gobierno y se conducen con extrema lentitud en los casos que el gobierno no quiere que se haga “justicia”, de tal modo que ahora el abogado de Santos Ramírez descubre que los fiscales que tiene el gobierno supeditan la justicia al poder político.
Eso es exactamente lo que está ocurriendo por ejemplo en el caso del ex presidente Victor Hugo Cárdenas, a raíz de que un grupo de comunarios tomó violentamente su casa y ahora el gobierno no mueve un dedo y dice que ha puesto el caso en manos de la justicia.
Santos, también descubrió desde la prisión, que el gobierno del que él formó parte hasta hace escasos 45 días no respeta el derecho a la libre expresión, puesto que le fue negada una conferencia de prensa a la que citó desde el interior del penal de San Pedro y en la que prometió contar su verdad.
A Santos, cuando estaba enmascarado en el poder, no le llamaba la atención que a su gobierno no le interesen los derechos humanos ni la libre expresión, ni se cuestionaba que le interesen mucho menos cuando estos derechos pueden dejar ventilar cosas que no son del agrado del Ejecutivo y que no quiere que se ventilen, pues ahora nos damos cuenta que Santos nunca había reparado en esta situación, pese a lo que le ocurrió al prefecto de Pando y los autonomistas que en el gobierno de su padrino (de boda) Evo Morales han sido detenidos y secuestrados por militares encapuchados y siguen en el penal de San Pedro sin que hayan sido juzgados. No había reparado Santos que en Bolivia ahora sólo existe la “verdad histórica” que es la que le conviene al partido y punto.
A su abogado Víctor Borda no le ha quedado otra que denunciar que, desde el momento en que su cliente fue detenido han incurrido en sistemáticas vulneraciones a los derechos fundamentales establecidos en la nueva CPE. Y esto ya nos parece apoteósico porque resulta que Santos no había caído en cuenta que la nueva CPE, ha sido fabricada para dar lugar a todas las arbitrariedades y que lo que dice en algunos párrafos de su letra muerta no tienen ningún valor de resguardo a los DD.HH, a la propiedad privada, a la seguridad jurídica y a todos esos derechos que para sus correligionarios no existen y no tienen derecho a existir.
Santos ha descubierto muchas cosas ahora que ha sido desenmascarado, pero no ha descubierto todavía que su partido tratará de mantener enmascarados a aquellos que lo han hundido en el fondo del fango, del abandono, y que se ensañarán porque él sea culpable, porque sea juzgado de manera veloz, porque no salga nunca más de las tinieblas del delito, mientras ellos extienden sus tentáculos capaces de estrangular a todo aquel que les impida seguir lucrando del poder mientras siguen enmascarando sus delitos.
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