El gobierno ha encontrado la fórmula de manejar una maquinaria que fabrica elecciones sin parar. Esto no es un asunto que se constituya ya en un secreto, todos somos testigos de cómo se hace la mezcla, se leuda la masa y luego se cocinan procesos eleccionarios a fuego lento o rápido según las necesidades.
En consecuencia tenemos un país cada día más alejado de prácticas democráticas pero que cuenta en su haber con la mayor cantidad de eventos eleccionarios que se hayan dado en el curso de una gestión de gobierno.
Sin duda la maquinita ha estado funcionando hasta que a los opositores se le ocurrió exigir que se le realicen algunos ajustes en pleno proceso de funcionamiento. Ante las reiteradas denuncias de fraude electoral, de un padrón que no es transparente ni confiable, de datos electorales que según investigaciones realizadas aumentó el número de votantes en el área rural al punto que se registraron inusuales eventos eleccionarios con cero ausentismo, con cero número de votos nulos y blancos, doble y triple carnetización, muertos del año 1900 en adelante que revivieron para votar inexplicablemente.
Ante estas denuncias respaldas por pruebas se firmó la última ley que permitía la reelección y convocatoria a adelanto de elecciones, bajo el acuerdo de realizar un reempadronamiento biométrico para dar seguridad, confiabilidad y transparencia a la población votante.
Pero los acuerdos firmados terminan en algún tacho de basura y una vez más se privilegió la máquina de hacer elecciones antes que atender a la credibilidad de las elecciones.
En medio de la convulsionada vida política que vive actualmente Bolivia, donde los acuerdos sufren cambios intempestivos, la cámara de diputados aprobó este miércoles una ley que habilita al padrón vigente, situación que garantizaría la realización de los comicios electorales con o sin padrón biométrico, según lo han venido sosteniendo desde el Presidente a distintos funcionarios del gobierno.
El problema del padrón ha traído también la renuncia del Coordinador General del Padrón Biométrico, un cargo nuevo y un funcionario clave que a poco andar dejó su cargo aludiendo el “altísimos riesgo del proyecto”…, ya “que en ningún país se habría hecho un proyecto de esa naturaleza, de tal magnitud y en tan poco tiempo”…
Pero, como lo que no mata genera defensas y anticuerpos, mientras todo se desvencija, la máquinita de hacer elecciones sigue y seguirá firme para hacer viable el proceso de diciembre próximo, que si bien todo hace suponer que no será administrado mediante un padrón biométrico, tendrá la suerte de contar con un padrón que da muestras de que se está convirtiendo en un tremendo, robusto e invensible padrón biónico.
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