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domingo, 14 de junio de 2009

una internacional pseudo indigenista apadrinada por Chávez va sembrando subversión rebelión, muerte y terror con operador que funge de líder

Hoy en día, vemos con asombro -y algo de temor- el auge ycrecimiento de una nueva Internacional que, so pretexto de satisfacer postergadas reivindicaciones indígenas, pretende generar un inédito orden social en Iberoamérica a partir de postulados marxistas ypopulistas. Esta nueva Internacional reniega del pasado republicano, cuenta con fondos de ONG´s europeas cómplices que le hacen coro y habla reiteradamente de una “segunda independencia”. Uno de sus exponentes más destacados en la actualidad es el presidente boliviano Evo Morales.

Con el pretexto de “internacionalizar” el movimiento, ahora se irrumpe y se interviene en procesos internos –a veces teñidos de sangre- de otros países. El propio Evo Morales ha llamado a la rebelión y posterior “revolución”, agregando así tensiones a la ya deteriorada relación con Perú.

Lo sucedido en el Amazonas peruano no es ni casualidad ni un suceso trágico aislado. Se perciben hilos de planificación previa y sus alcances son preocupantes. La nueva Internacional en curso tiene ramificaciones en muchas partes. Cuenta además con estrategas y voceros, hábiles en lo suyo y para exagerar las cosas.

Si mueren fuerzas del orden u otros grupos de personas, eso no importa, aunque hayan sido perversamente inmolados. Lo que importa es resaltar hasta el grado de la exageración todo aquello que tenga que ver con movimientos indigenistas y con su peculiar sentido de justicia comunitaria, la que apaña conductas reprochables en abierta contradicción con el desarrollo nacional e internacional del Derecho.

La propia Corte Internacional de Justicia reconoce en el inciso “c” del artículo 38 de su Estatuto, que decidirá las controversias según los principios generales del derecho de las naciones civilizadas. Nada se menciona en este importante documento de “usos y costumbres” o de “justicias” de otra naturaleza. El estado del mundo del presente impone pautas y a ellas debe acogerse la sociedad mundial en pleno.

Hay que ver la mejor manera de contrarrestar con medios institucionales, democráticos y pacíficos, esta nueva internacional que argumentando una “segunda independencia indígena” atenta contra la democracia y los valores esenciales del mundo civilizado. Lo de Perú es un aviso más, habrá otros. Debe procurarse un corte definitivo a este dañino proceso. El Gobierno boliviano tendría que dar el ejemplo absteniéndose de injerencias externas, sean cuales sean.

El método subversivo puesto de manifiesto mediante rebeliones, actos de sedición, bloqueos, atentados contra militares y policías, etc., para luego de provocada la violencia gritar “masacre” o “genocidio”, ya tiene un claro patrón instituido desde la bien planeada operación que derrumbó a un gobierno constitucional boliviano en octubre de 2003.

La solución siempre pasará por el camino del diálogo, pero al mismo tiempo hay que procesar a quienes infringen la ley. La nueva Internacional tendrá que ajustar sus actos futuros al grado de desenvolvimiento jurídico alcanzado universalmente y siempre en paz con democracia. De lo contrario, esta Internacional pseudo indigenista podría pasar a ostentar contenidos subversivos y hasta terroristas. (Editorial de El Deber, SC, Bolivia)

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