La SIP visita a don Evo
Una audiencia finalmente concedida por el presidente Evo Morales en la tarde de este miércoles en La Paz, cerrará la ajetreada agenda del colombiano Enrique Santos Calderón que preside la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), influyente organismo que nuclea a más de un millar de impresos del continente y que tiene como su fin principal la libertad de prensa y de expresión. Por segundo año consecutivo, la SIP se hace presente en el país, ahora ‘Estado plurinacional’ según el nuevo texto constitucional. Cuando todavía era ‘República’, por estas fechas de 2008 vino el entonces presidente Earl Maucker para realzar la entrega del Premio Libertad de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) al periodista Alfonso Prudencio Claure, Paulovich, y en el terreno tomó debida nota de las serias dificultades para la tarea del periodismo libre e independiente en nuestro medio.
No es casualidad el interés de la SIP por visitar Bolivia, donde se mantienen sumamente atirantadas las relaciones entre el gobierno de Evo Morales y los medios de comunicación que el mandatario tiene identificados y a los que señala cuantas veces puede como sus principales ‘enemigos’. Dicha organización no ha ocultado su inquietud por las agresiones que desde hace poco más de tres años, el tiempo que Morales lleva en el poder, se han vuelto casi una constante contra medios y periodistas especialmente por parte de grupos revoltosos afines al oficialismo, a tal extremo que la ANP calificó 2008 como el ‘peor año’ para el ejercicio periodístico en el país. Ni en las épocas de las oscuras dictaduras militares que asolaron Bolivia se había confrontado una situación semejante.
Santos Calderón ha tenido la oportunidad de dialogar con los periodistas de La Prensa, el periódico paceño sometido por el Gobierno masista a un juicio de imprenta por supuestamente haber tergiversado información relacionada con un bullado caso de contrabando, en el que aparecieron involucrados el prefecto interventor de Pando y un influyente ministro de Estado, ambos últimamente liberados de polvo y paja.
Como tendrá la oportunidad de hacerlo frente a frente, la SIP quiere expresarle a S.E. su preocupación por lo maltrecha que está la libertad de prensa en el ‘Estado plurinacional’ pero también tendrá que escuchar los puntos de vista de don Evo sobre un tema que le resulta urticante y le deja un mal sabor de boca. Hay justificados motivos entonces para aguardar con expectativa el encuentro y es de esperar que no termine con un portazo. Al contrario, por lo menos con señales de que el periodismo boliviano tendrá garantías dentro de un clima de respeto y democracia.(El Deber.SC)
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