De un tiempo a esta parte y a medida que el gobierno de Evo Morales y sobre todo sus servidores se enteraron que una agrupación de ONGs del continente ha elaborado una nueva investigación sobre los sucesos de Pando, se inició una persecución frontal contra Jorge Mones y la organización UnoAmérica que ha sido la única que ha tomado en serio los sucesos violentos acaecidos en Bolivia y se ha atrevido a ponerle el cascabel al gato, mostrando la voluntad de hacer una investigación sobre tan luctuosos episodios de nuestra historia. Llama la atención que nadie antes hubiera hecho amago de hacer una investigación paralela a las oficiales, lo que nos muestra que todos tenían temor de las represalias que tomaría el gobierno ante quienes se atrevieran a dar ese paso, situación que llevó a que todos prefieran acomodarse en sus sillones, viendo los atropellos de palco y quedando amén mientras siguen procreando las injusticias que no han terminado en Pando y que están haciendo vivir a nuestra sociedad en total zozobra y persecución.
Pues bien, desde que el gobierno y sus seguidores supieron que UnoAmérica ha elaborado el informe, han echado mano de todas las tretas posibles para desprestigiar a esta organización que ha tenido la voluntad de brindarse como observatorio de los derechos humanos tan vapuleados y vilipendiados en Bolivia.
Este es el motivo por el que el llamado testigo clave que no es otra cosa que un prontuariado que por x o z motivos se vendió al mejor postor, motivo por el cual en sus declaraciones no hace otra cosa que recitar mal el papel que los ejecutores del plan de toma de Santa Cruz a través de un golpe de Estado bajo el pretexto del terrorismo, ha dicho entre otras cosas ambiguas y sin asidero que él sabía que Rozsa se reunió con carapintadas en Santa Cruz. Por supuesto que esta es otra de las confabulaciones de esta telaraña de mentiras en la que el Gobierno y algunos malos cruceños vendidos pretenden hacernos caer y hacer pagar a justos por pecadores.
En una actuación de lo más deleznable el periódico La Prensa de La Paz, seguramente para congraciarse con el Ejecutivo y para que estos lo perdonen, o porque recibió algún tipo de estímulo para hacerlo, realizó un reportaje de una pagina hablando de la supuesta vinculación de Rozsa con los carapintadas y el objetivo de la nota es a las claras una nota vendida en la que tras la apariencia de un reportaje se intenta criminalizar a personas u organizaciones para los fines que el gobierno necesita hacerlo.
En una parte de la nota de prensa, sin ningún disimulo el periodista cita que el ex militar Jorge Mones, motivo de los desvelos de Mattarollo, porque se apersonó a la casa rosada para entregar en las mismas manos de Cristina Fernández una carta en la que le pide la destitución de Mattarollo, “fue visto en Santa Cruz en compañía de la analista y periodista Centa Reck, bajo cuyo mando se reorganizó Human Rights Foundation Bolivia, después de que el presidente de esta entidad, Hugo Achá, se autoexilara” . Esto es por supuesto una sugerencia interesada y con una clara connotación de buscar criminalizar las acciones de UnoAmérica y de Human Right.
Como si esto fuera poco, una reportera de turno, que no quiso identificarse me llamó en la tarde de ayer para decirme que iba a publicar una foto en la que cree que estoy con Jorge Mones y con Hernán Cabrera, este último dirigente de la Federación de peridistas, la foto posiblemente fue tomada afuera o dentro de la sala de prensa de la prefectura en la que UnoAmérica dio una conferencia de Prensa para anunciar la investigación de Pando, pero más allá de esto la sugerencia era clara, pues la periodista no quiso tampoco explicar quien había hecho la nota anterior y siguió en el plan de extorsión abierta sembrando supuestas dudas y sugerencias.
Estas son las acciones supuestamente periodísticas, las incriminaciones a nombre de un dato dado por un delincuente que es tomado como cierto y que sin ninguna investigación se da por hecho que Mones se entrevistó con Rozsa, aquí también queda en claro que los supuestos periodistas seguramente tienen precio para decir lo que les mandan decir.
Pero ya nada de esto es raro, por supuesto, porque este es el clima que se vive hoy en Bolivia, que es ya un país en el que no existe la política sino que operan diferentes mafias económicas, de extorsión, de lavado de información, de informantes, de saqueo del Estado, que pura y llanamente pelean por intereses, por negocios y que para sellar estas alianzas necesitan deshacerse de las personas a quienes no les ha dado la gana de venderse al mejor postor o ponerse precio.
Están sucediendo cosas tan aberrantes, como es el hecho de que a una señora que ha trabajado duramente por las autonomías y que ha hecho algunas críticas a la dirigencia interna, además e incluirla en las listas de supuesta terrorista le están haciendo una propaganda terrible en la que implican su reputación y su honestidad como dama.
Nuestra sociedad esta podrida, asquea, está sacando sus peores contenidos y todo a cuenta de ganarse unos puñados de dólares haciendo negocios jugosos que esperan que procreen y surjan de entre los contubernios que han creado en pactos en los que no hay ideología que separe a quienes aman el dinero y el poder más que cualquier otra cosa.
¿Dónde vamos Santa Cruz?
¿Dónde va Bolivia?
Con seguridad que a nada bueno, si los hombres no muestran su hombría y denigran mujeres para seguir haciendo de las suyas con negociados y la política se ha convertido en una mafia en la que todo se hace con fiscales falsos, testigos delincuentes y un coro de chismosos, intrigantes y rateros que fungen como hombres que están construyendo la historia.
Si las cosas siguen así, entre cobardía, infamias, aguante y tranzas, sólo quedaremos las mujeres para darles lecciones de moral a estos señores que ya apestan.
Pues bien, desde que el gobierno y sus seguidores supieron que UnoAmérica ha elaborado el informe, han echado mano de todas las tretas posibles para desprestigiar a esta organización que ha tenido la voluntad de brindarse como observatorio de los derechos humanos tan vapuleados y vilipendiados en Bolivia.
Este es el motivo por el que el llamado testigo clave que no es otra cosa que un prontuariado que por x o z motivos se vendió al mejor postor, motivo por el cual en sus declaraciones no hace otra cosa que recitar mal el papel que los ejecutores del plan de toma de Santa Cruz a través de un golpe de Estado bajo el pretexto del terrorismo, ha dicho entre otras cosas ambiguas y sin asidero que él sabía que Rozsa se reunió con carapintadas en Santa Cruz. Por supuesto que esta es otra de las confabulaciones de esta telaraña de mentiras en la que el Gobierno y algunos malos cruceños vendidos pretenden hacernos caer y hacer pagar a justos por pecadores.
En una actuación de lo más deleznable el periódico La Prensa de La Paz, seguramente para congraciarse con el Ejecutivo y para que estos lo perdonen, o porque recibió algún tipo de estímulo para hacerlo, realizó un reportaje de una pagina hablando de la supuesta vinculación de Rozsa con los carapintadas y el objetivo de la nota es a las claras una nota vendida en la que tras la apariencia de un reportaje se intenta criminalizar a personas u organizaciones para los fines que el gobierno necesita hacerlo.
En una parte de la nota de prensa, sin ningún disimulo el periodista cita que el ex militar Jorge Mones, motivo de los desvelos de Mattarollo, porque se apersonó a la casa rosada para entregar en las mismas manos de Cristina Fernández una carta en la que le pide la destitución de Mattarollo, “fue visto en Santa Cruz en compañía de la analista y periodista Centa Reck, bajo cuyo mando se reorganizó Human Rights Foundation Bolivia, después de que el presidente de esta entidad, Hugo Achá, se autoexilara” . Esto es por supuesto una sugerencia interesada y con una clara connotación de buscar criminalizar las acciones de UnoAmérica y de Human Right.
Como si esto fuera poco, una reportera de turno, que no quiso identificarse me llamó en la tarde de ayer para decirme que iba a publicar una foto en la que cree que estoy con Jorge Mones y con Hernán Cabrera, este último dirigente de la Federación de peridistas, la foto posiblemente fue tomada afuera o dentro de la sala de prensa de la prefectura en la que UnoAmérica dio una conferencia de Prensa para anunciar la investigación de Pando, pero más allá de esto la sugerencia era clara, pues la periodista no quiso tampoco explicar quien había hecho la nota anterior y siguió en el plan de extorsión abierta sembrando supuestas dudas y sugerencias.
Estas son las acciones supuestamente periodísticas, las incriminaciones a nombre de un dato dado por un delincuente que es tomado como cierto y que sin ninguna investigación se da por hecho que Mones se entrevistó con Rozsa, aquí también queda en claro que los supuestos periodistas seguramente tienen precio para decir lo que les mandan decir.
Pero ya nada de esto es raro, por supuesto, porque este es el clima que se vive hoy en Bolivia, que es ya un país en el que no existe la política sino que operan diferentes mafias económicas, de extorsión, de lavado de información, de informantes, de saqueo del Estado, que pura y llanamente pelean por intereses, por negocios y que para sellar estas alianzas necesitan deshacerse de las personas a quienes no les ha dado la gana de venderse al mejor postor o ponerse precio.
Están sucediendo cosas tan aberrantes, como es el hecho de que a una señora que ha trabajado duramente por las autonomías y que ha hecho algunas críticas a la dirigencia interna, además e incluirla en las listas de supuesta terrorista le están haciendo una propaganda terrible en la que implican su reputación y su honestidad como dama.
Nuestra sociedad esta podrida, asquea, está sacando sus peores contenidos y todo a cuenta de ganarse unos puñados de dólares haciendo negocios jugosos que esperan que procreen y surjan de entre los contubernios que han creado en pactos en los que no hay ideología que separe a quienes aman el dinero y el poder más que cualquier otra cosa.
¿Dónde vamos Santa Cruz?
¿Dónde va Bolivia?
Con seguridad que a nada bueno, si los hombres no muestran su hombría y denigran mujeres para seguir haciendo de las suyas con negociados y la política se ha convertido en una mafia en la que todo se hace con fiscales falsos, testigos delincuentes y un coro de chismosos, intrigantes y rateros que fungen como hombres que están construyendo la historia.
Si las cosas siguen así, entre cobardía, infamias, aguante y tranzas, sólo quedaremos las mujeres para darles lecciones de moral a estos señores que ya apestan.
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