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martes, 19 de mayo de 2009

palo santo nos refiere el juicio contra La Prensa y lo que podría venir luego a meter miedo a los periodistas. que nadie le ataque!


Si bien el caso del matutino paceño La Prensa , muy a pesar de Evo y sus colaboradores, acabó siendo tratado en un Tribunal de Imprenta , el gobierno está muy lejos de sentirse conforme con esto y es claro que su objetivo es sentar un precedente para que nadie en el futuro se le ocurra informar sobre aspectos que puedan resultar perjudiciales para su gobierno.
Sacha Llorenti, con sus escasos conocimientos de Derecho pero siempre solícito ha comenzado a soplar al oído del presidente que existe la posibilidad de iniciar un juicio penal a La Prensa en caso que el Tribunal de Imprenta concluya que la información proporcionada por ese medio sobre una supuesta “luz verde” que habría dado Evo al contrabando en 33 camiones, era falsa o fue tergiversada.
Si el dictamen del tribunal resulta desfavorable a La Prensa, este medio se haría pasible a una multa de 400 bolivianos. Como se verá, las sanciones, de acuerdo a la Ley de Imprenta son esencialmente simbólicas pero implican la pérdida de credibilidad de la ciudadanía que es el mayor bien que dispone un medio de comunicación.
Pero esto para Evo y sus colaboradores no es suficiente. Si pudiera cerrar de manera expeditiva los medios que denuncian los muchos hechos oscuros de su gobierno, lo haría con mucho gusto, al estilo de su guía y mentor Hugo Chávez, pero por el momento prefiere guardar las apariencias, aunque no se sabe por cuanto tiempo más.
El respeto a la libertad de prensa no caracteriza al gobierno del MAS y el propio presidente ha expresado en más de una oportunidad su molestia por la labor que cumplen estos y llegó a calificarlos como sus enemigos. Se debe recordar también que el propio portavoz gubernamental, Ivan Canelas, quien paradójicamente fue dirigente de los periodistas, intentó hacer aprobar una ley que fue calificada muy atinadamente como “mordaza”.
De poco edificante y cobarde fue calificada la actitud del Primer Mandatario cuando humillaba públicamente a un periodista de La Prensa al amparo de su poder y sus guardaespaldas, en un acto en palacio de gobierno.

Ahora los periodistas de La Prensa están siendo víctimas de una sistemática labor de amedrentamiento al punto que durante la audiencia realizada en el Juzgado Tercero de Partido en lo Penal Liquidador para conformar el Tribunal de Imprenta, los agentes del Ministerio de Gobierno no se preocupaban por ocultarse de la misma forma que en las oficinas de este periódico en la zona de Villa Fátima en La Paz.
El mensaje es claro: estamos aquí y los estamos vigilando.
No deja de llamar la atención que Ana María Romero, periodista de amplia trayectoria se haya excusado de participar en el Tribunal. Alguien decía que sus compromisos con el gobierno del MAS son muchos y que de su cumplimiento depende la supervivencia de su ONG-fundación, UNIR y por tanto su excusa le permitía quedar bien tanto con su gremio como con el gobierno. De Pilatos esta lleno el mundo.
Por otro lado, la convocatoria de Sacha Llorenti pidiendo a los medios independientes “ecuanimidad” en el tratamiento informativo, es propio del cinismo del que hace gala. Por lo visto no ve los medios de comunicación masistas, donde la verdad brilla por su ausencia y todo se reduce a reproducir el guión que les envían desde palacio de Gobierno.
En consecuencia nadie debe llamarse a engaño. Lo que menos le interesa al gobierno es la verdad o la transparencia en el tratamiento informativo. Lo que Evo quiere son medios dóciles y que batan palmas ante las frecuentes barrabasadas que dice y hace.

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